Ustedes dicen:

«Hemos hecho un pacto con la muerte. Tenemos un convenio con el sepulcro. Cuando venga la tormenta y nos azote, no nos afectará, porque nuestro refugio es la mentira; nos esconderemos en la falsedad.»

Por eso Dios el Señor dice así:

«Miren esto: yo he puesto en Sion, por fundamento, una hermosa piedra angular, probada y de cimiento firme; quien se apoye en ella, no se tambaleará. La justicia será mi plomada, y el derecho será mi nivel».

Isaías 28,15-17

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Desde el comienzo de la humanidad la soberbia ha marcado tristemente el camino del hombre. Esa soberbia que le hizo levantar ídolos de oro y plata en la antigüedad, dándoles todo el honor que sólo corresponde a Dios. La misma soberbia que hoy día carcome y debilita las creencias verdaderas, llenando al ser humano de supersticiones, prácticas equivocadas y nocivas, y dependencia de diferentes “ídolos” – que aumentan su soberbia destruyendo su capacidad de amar al prójimo y ver las necesidades de su entorno – como el poder, las riquezas, fama, etc. Todo eso en el lugar que es de Dios.

Pero eso termina. Es fatuo… Y cuando la mano de Dios pone freno al error, es como si el hombre cayera en un precipicio sin fin.

Cuidémonos. Miremos nuestro interior y seamos sinceros con nosotros mismos. No nos engañemos. El costo sería terrible.

María Ingrid von Below

 

Isaías 28,14-22

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