Las tinieblas cubrirán la tierra; y la oscuridad, los pueblos. Pero sobre ti resplandecerá el Señor, y sobre ti será vista su gloria.

Isaías 60, 2

Frente a las piedras del camino, el único modo de salir adelante es buscando fortalecerse todos los días, para así encontrar el horizonte.

Cierta vez, una persona que había pasado por muchas dificultades, me dijo que nunca había comprendido lo que significaba ser fuerte, hasta que esa fue la única opción que le quedó. La disyuntiva era ha-cerse fuerte o caer estrepitosamente.

Esa misma encrucijada a veces se nos presenta de modo cruel y entonces uno aprende a ser fuerte, casi siempre del modo menos es-perado.

Hacernos fuertes es descubrir que en la vida no tenemos que hacer todo nosotros. A veces hay que buscar la manera de confiar en que, a pesar de que “las tinieblas cubren la tierra”, sobre cada uno y cada una de nosotros “resplandece el Señor”, con su amor, su cuidado y su misericordia, para que así podamos comprender que es necesario confiar más que en nosotros mismos, en esa esperanza. Eso también es aprender a ser fuertes y buscar fortaleza más que en nuestras limitadas fuerzas.

Eugenio Albrecht

Isaías 60,1-14

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