El 27 de noviembre, la Iglesia Metodista de Paraná (Entre Ríos, Argentina) celebró una conmemoración ecuménica titulada «No podemos mirar hacia otro lado» como parte de los 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres, que incluyó manifestaciones digitales y se recordó este año con el lema global #NoExcuse para el abuso en línea.
Participaron mujeres de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), metodistas, valdenses y otras denominaciones.
La reflexión bíblica se centró en Lucas 10:38-42 (María y Marta), leída desde una perspectiva de género y justicia. En pequeños grupos, las participantes imaginaron la historia en términos de las redes sociales contemporáneas, discutiendo los roles, las cargas invisibles y las dinámicas de poder. Encendieron una vela y colocaron las palabras «esperanza, justicia y memoria» en manos dibujadas como signo visible de compromiso, cuidado y solidaridad.
«Trabajamos de manera ecuménica, en construcciones colectivas con diferentes creencias cristianas, priorizando siempre el encuentro. Por eso hoy fortalecemos nuestros lazos con un grupo de mujeres muy valiosas para celebrar y conversar. Juntas compartimos lecturas y charlas en las que la perspectiva de género es clave, lo que nos ayuda a pensar en nuestra realidad de una manera más justa y compartida», dijo Mariela Weiss, una laica comprometida, participante y una de las promotoras de estos espacios, que forma parte de la comunidad IERP de la ciudad.
El templo que acogió a la comunidad con oraciones, cantos y reflexión estuvo acompañado de símbolos de memoria y vida: sillas vacías en memoria de las mujeres víctimas de feminicidio, plantas vivas, un cuenco con agua, velas, prendas negras de la campaña «Jueves de Negro», manos dibujadas, una Biblia abierta y una cruz, entre otros símbolos. La celebración concluyó con una oración final, la distribución de cintas naranjas y materiales de orientación para ayudar a las hermanas y hermanos en situaciones de violencia.
La Congregación Paraná de la IERP, junto con otras comunidades cristianas de la ciudad, reafirma así su compromiso de vivir su fe con responsabilidad social, de no tolerar ninguna forma de violencia y de acompañar con amor y justicia a quienes más sufren: «En nombre de Dios: no más violencia, no más muerte».

