Continuamos, pues, reconstruyendo la muralla, que estaba ya levantada hasta la mitad. La gente trabajaba con entusiasmo. Pero cuando Sambalat, Tobías, los árabes, los de Amón y los de Asdod supieron que la reparación de la muralla de Jerusalén seguía adelante… se enojaron muchísimo… Entonces oramos a nuestro Dios, y pusimos guardia día y noche para defendernos de ellos.

Nehemías 4,6-9

En un lugar muy distante, en el interior de un país, donde había lindos bosques atravesados por arroyos limpios; vivían algunas familias que formaban una aldea. Para llegar allí había que atravesar un arroyo. Un día llegó un visitante que tuvo que contratar a un remero que lo llevara hasta la otra orilla para visitar a sus parientes. El visitante se subió a una pequeña embarcación y comenzaron el viaje que duraría algunos minutos. Mientras avanzaban sobre las aguas, el visitante vio que en cada uno de los remos había escrita una palabra, pero no conseguía leerlas. Así que le pidió al remero que le contara cuales eran esas palabras. El remero levantó los remos y leyó de uno la palabra FE y del otro la palabra ACCIÓN. El visitante le preguntó por qué había elegido esas palabras. El remero le mostró que si usaba solo el remo que decía FE, la embarcación giraba en círculos hacia un lado pero no avanzaba; y si usaba solo el que decía ACCION, la embarcación giraba hacia el otro lado y no avanzaba. La única manera de avanzar era usando ambos remos: FE y ACCIÓN. El visitante comprendió la importancia de ambas palabras.

Nehemías también precisó de ambas cosas. Oraba mucho pidiendo a Dios que le ayudara, pero sabía que esa ayuda también significaba hacer su propio esfuerzo. Oremos con fe y confiando en que Dios nos escucha, y pongámonos en acción en la seguridad que Dios nos envía a actuar.

Enviado soy de Dios, mi mano lista está a construir con Él un mundo fraternal. Los ángeles no son enviados a cambiar un mundo de dolor en un mundo de paz. Me ha tocado a mí hacerlo realidad; ayúdame, Señor, a hacer tu voluntad. (Canto y Fe Nº 150)

Mariela S. Bohl

Nehemías 4,1-17

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