Manténganse constantes en la oración, siempre alerta y dando gracias a Dios.

Colosenses 4,2

No nos cansemos de orar

Para conocer la temperatura espiritual de una persona o de una iglesia sin duda el mejor termómetro es la oración.

Si no oro un día yo lo noto, si no oro dos, otros me preguntan si estoy bien, pero si no oro por más tiempo me gana el mundo.

Pablo también escribe acerca de la importancia de la oración: “Manténganse constantes en la oración, siempre alerta y dando gracias a Dios. Oren también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra las puertas para predicar el mensaje y anunciar el designio secreto de Cristo, pues por eso estoy preso.”

Las iglesias de nuestros tiempos disfrutan con reuniones sociales, conciertos, comidas fraternales o cualquier actividad lúdica, pero menos de la mitad o incluso menos de los miembros asisten a las reuniones de oración, lo cual demuestra la temperatura espiritual del cristianismo, el cual prefiere la comodidad, lo cual es bueno y necesario, pero no debería estar por encima de la oración.

Y como Pablo dice a los Colosenses es el momento de perseverar en la oración, de no abandonarla, de ser agradecidos, de presentar a los enfermos, de rogar por aquellos quienes predican en las iglesias, por pastores que deben guiar a sus ovejas al redil celestial y por aquellos que predican el evangelio para que sea Dios quien les guíe en su predicación. No nos cansemos de orar, perseveremos en la oración.

Alexandra Griesbach

Colosenses 4,2-6

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