¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?!
Isaías 29,15
Cuando somos niños, nos escondemos de nuestros padres para evitar que nos vean hacer esas cosas que a ellos les disgusta. Y como adultos también muchas veces obramos en la oscuridad a las sombras de las tinieblas pensando que si obramos de esta manera no seremos observados por nuestro Señor y que por lo tanto, ello no será contabilizado como pecado.
Creo que hoy es importante que traigamos a memoria los atributos de nuestro Padre:
- Dios es omnisciente: Dios conoce todo, aun las cosas que son secretas para nosotros.
- Dios es omnipresente: Dios está en todas partes.
- Dios es eterno: Dios no tiene principio ni fin.
- Dios es infinito: El hombre es finito, Dios es infinito.
- Dios es Espíritu: Dios es Espíritu y no tiene un cuerpo físico.
- Dios es omnipotente: Dios es todopoderoso.
- Dios es perfecto: Dios es completo en sí, y sin defectos.
El versículo aclara que muchas veces se encubre el consejo; Dios se ha asegurado proveernos del mejor manual de instrucciones, su preciosa palabra.
Y así también Jesús en sus enseñanzas supo sintetizar las mismas en dos mandamientos: Ama a Dios por sobre todas las cosas y ama a tu prójimo como a ti mismo.
Que tengamos la sabiduría de conducirnos en esta vida, en luz y en tinieblas, conforme a los deseos de nuestro Dios, y no conforme a los deseos humanos para que el día del juicio final nuestra vida haya sido de agrado para él.
Verónica Schmidt
Isaías 29,9-16