MAR DEL PLATA / Argentina | IERPcomunica – En sintonía con la tradición protestante de poner en debate temas urgentes y exigir atención por los asuntos postergados, las y los jóvenes reunidos que participaron del Encuentro y Taller Nacional de las Iglesias Reformadas en Argentina, realizado los días 3 y 4 de noviembre en la ciudad de Mar del Plata, presentaron su propia protesta en el culto de cierre del evento.
¡Pedido urgente a las comunidades!
Como juventud, hoy 4 de noviembre, necesitamos ser escuchados formando parte activa y creativa de nuestras comunidades.
Necesitamos conversar y discutir temas importantes como la diversidad de género, los derechos sexuales y reproductivos, y también cómo actuar ante la vulneración de los derechos dentro de las comunidades; no podemos permanecer ajenos a esto.
Exigimos que nuestras comunidades sean de cuidado y contención.
Creemos en un Dios libre, compasivo y sin prejuicios,
y en una comunidad que puede ser luz y sal para el mundo, buscando estar presente entre las personas menos favorecidas de nuestra sociedad, articulando acciones y defendiendo el amor con porfía.
Lucía Maureliz, que trabajó con el grupo que redactó el “pedido urgente”, comentó que es una manera que encontraron de expresar, ya no tan pasivamente, sus inquietudes de manera creativa, a través de una solicitud más concreta, como una suerte de solicitada, en la cual ellos y ellas piden de manera imperativa un lugar; no sólo ser escuchados sino ser parte de los espacios en los que se toman las decisiones de la iglesia y sobre todo que se traten temas específicos como el aborto, los derechos sexuales y reproductivos, el tema de los medios de comunicación y los mensajes que se emiten. A través de la declaración, «están exigiendo un lugar real en la construcción de una iglesia solidaria de una visión radical de la solidaridad y no tan romántica, más bien una mirada inclusiva, de ampliación de la misericordia, como Jesús nos enseñó». Esto se trabajó en el taller de liturgia y celebración, pero también en el taller de comunicación de periodismo, que sumó a jóvenes y adolescentes del Club de niños y de las iglesias (IERP e IRA).
Rocío Coronel, de la comunidad reformada Cristo Vive, de Tres Arroyos, agregó que en base al texto de Juan 2:1-11, salieron palabras disparadoras como celebración, fiesta e inclusión. «Pero en el diálogo grupal salieron cosas más actuales, pedidos y necesidades más urgentes para nuestras comunidades». Además puntualizó: «Si hablamos de inclusión, hablamos de los y las jóvenes y de las capacidades que tenemos, que por ser jóvenes no las tienen en cuenta». Por eso se pide ser escuchados, «porque creemos que podemos ser de un gran apoyo para las comunidades». Cuando se habla de fiesta, «creemos que debe ser una fiesta para todos y todas, y eso tiene que ver con la justicia social, una fiesta no para pocos, sino que de sectores vulnerables». Esto es, «una fiesta que se abra a la sociedad, en especial a quienes menos tienen». De ese modo de aborda problemáticas actuales como la vulneración de derechos, la sexualidad, que son fundamentales y que no se tratan dentro de la comunidad y de los que no se puede estar ajenos, deben ser incluidos en la vida cotidiana, también en la celebración de la fe: «como jóvenes necesitamos que estos temas se compartan, se hablen, aunque sea difícil», finalizó.