Pero no ocurre lo mismo con mi servidor Moisés; le he confiado toda mi casa y le hablo cara a cara. Es una visión clara, no son enigmas; él contempla la imagen de Yavé. ¿Cómo, pues, no tienen miedo de hablar en contra de mi servidor, en contra de Moisés?
Números 12,7-8
En el recorrido comunitario se observa con frecuencia que tenemos una tendencia casi enfermiza a criticar a los demás.
Esto se profundiza cuando las personas ejercen algún liderazgo o se comprometen para actuar representando a sus hermanos.
Por supuesto, no sólo tenemos derecho sino que estamos obligados a criticar cosas que creemos que están mal, pero, lo que no deberíamos hacer es agredir.
En el caso de Moisés parece injusto que lo critiquen, viendo a través de los relatos cuánto se dedicaba a su pueblo. ¡Hasta el Señor se enoja y castiga a los agresores!
Es para reflexionar sobre cómo actuamos en nuestras comunidades, y que Dios nos ayude a madurar para ser ante todo colaboradores de nuestros dirigentes – no dejarlos solos – y entonces sí, entre todos, cambiar lo que esté mal o modificar el rumbo.
Sólo así seremos seguidores fieles y buenos cristianos.
María Teresa Rolón
Números 12,1-16