Entonces todos unidos se pusieron a tocar las trompetas y a cantar a una voz para alabar y dar gracias al Señor haciendo sonar las trompetas, los platillos y los otros instrumentos musicales mientras se cantaba: “Alaben al Señor porque él es bueno, porque su amor es eterno.”
2 Crónicas 5,13a
El pueblo de Israel junto a su rey Salomón estaban de fiesta, llenos de alegría porque estaban inaugurando el templo que se había construido en honor al Señor. Tenemos diferentes medios de comunicarnos con Dios, como leer su palabra, reflexionar, orar o cantar. El canto es, muchas veces, el método más utilizado para comunicarnos con Dios. Si las canciones van acompañadas por coros de voces o instrumentales, nos llegan aún más. Quién no recuerda estando en casa las canciones cantadas en la Iglesia, y las vuelve a cantar, mientras hace algo, y aunque no sabe la letra trata de tararearla o silbar la melodía. Es una manera tal vez no muy solemne de comunicarnos con Dios, alabando o dando gracias o pidiendo por algo, a que Dios nos asista, nos acompañe. Invocamos así el nombre de Dios y de su presencia o comunicación, sin ningún ritual, simplemente cantando. Sería bueno, así como cantamos canciones folclóricas, culturales, populares o del tipo que fuera, podríamos cantar canciones que nos conecten con Dios, y a la vez lo invocamos, lo alabamos, pedimos y le agradecemos. Así muchas veces estamos tristes, ensimismados, o angustiados se encuentra en las canciones motivo de recuperar el ánimo, la alegría y el entusiasmo. O como dice el dicho popular: “el que canta los males espanta”.
Démosle valor al canto ya que es un medio útil de poder comunicarnos con Dios. Eso lo hizo el pueblo de Israel, cuando se terminó de construir el templo fue la mejor manera de agradecer, alabar a Dios y a la vez alegrarse por medio de la música y el canto.
Arturo Heil
2 Crónicas 3,1-17