El Señor esperaba de ellos respeto a su ley, y sólo encuentra asesinatos; esperaba justicia, y sólo escucha gritos de dolor.
Isaías 5,7
¿Quién soy?
El pasaje a considerar es Isaías 5,1-7, y en específico, la parte final del versículo 7. Por medio de una parábola, Dios, desea llamar la atención del pueblo de Israel a través del profeta Isaías, acerca del actuar del pueblo y de sus dirigentes, en la sociedad en la que viven. No queda un lugar en Israel que no se vea desafiado a escuchar y poner en práctica las palabras del profeta.
La parte final del verso 7 es bastante ilustrativa: Dios está enviando su mensaje al pueblo, pero no está esperando que el pueblo simple- mente por su buena voluntad lo ponga en práctica, sino que Dios le ha dado la ley al pueblo, para que a través de ella recuerde cómo conducirse en su actuar cotidiano. Pero el pueblo no ha hecho caso a lo que Dios le pide: más bien, tanto dirigentes como gobernados se han olvidado de la ley de Dios, que habla de mostrar amor y conside- ración hacia quienes están en necesidad, y más bien, ha practicado la injusticia y la violencia contra ellos.
Como comunidad de creyentes que somos, Dios nos pide actuar en el mundo en el que vivimos. Pero no actuamos en soledad, sino en solidaridad y compañerismo. Procurando el “Shalom” de nuestro Señor. ¿Quién soy? dice el título de esta meditación. Soy agente de Dios. Soy parte del pueblo de Dios que camina, que pide “valor para la lucha”. El “Shalom”, la paz, el bienestar de Dios nos llega a través de nuestra unión con él y su Palabra, de tal manera que podamos transformar la conflictuada realidad que tenemos que enfrentar.
Roberto Trejo Haager
Isaías 5,1-7