Fortalezcan a los débiles, den valor a los cansados, digan a los tímidos: “¡Ánimo, no tengan miedo! ¡Aquí está su Dios para salvarlos, y a sus enemigos los castigará como merecen!”
Isaías 35,3-4
En medio de una poesía, que habla del futuro del pueblo de Dios; apa- recen palabras en tiempo presente. El profeta parece querer significar que el lindo futuro que se acerca también depende de las actitudes que se realicen ahora.
El pueblo de Dios había sido enviado a otras tierras. El pueblo o la nación que perdía una guerra, muchas veces eran llevados prisioneros o expulsados a otras tierras. El pueblo de Dios soñaba con volver a vivir en aquellos hermosos lugares donde ya había vivido antes.
Isaías anuncia que eso sucederá, pero para ello no hay que dejar de cuidar al prójimo en la actualidad, fortaleciendo a los débiles, dando valor a los cansados, animando a los tímidos y predicando que Dios está para salvarlos y para hacer justicia con los enemigos.
Hermosas palabras que también nos muestran que para poder acceder a un futuro promisorio, próspero, lindo, bueno; no es necesario sacar ventajas de los demás, o desprestigiarlos, o aprovecharse de ellos. Sino todo lo contrario, cuanto más ayudemos al prójimo más será posible ese futuro lindo y cercano. Diferente de lo que muchas veces hoy vemos en- tre nosotros, donde el eslogan es: sálvate a ti mismo, o donde se intenta mejorar la situación personal sacando provecho de los demás.
A quienes vivimos en la triple frontera: Paraguay, Argentina y Brasil nos permite ver que no hay nada mejor para un propio país que sus veci- nos también estén bien. Cuando las economías o la pandemia están mal en unos de los vecinos países, desequilibra a los demás. Cuando los tres están más estables, todo funciona mejor. Así es también con los vecinos de nuestras casas. Sigamos ese desafío, esa propuesta de hacer el bien en el presente y el futuro será un futuro soñado y promisorio para los demás y por añadidura para nosotros. El amor, la solidaridad, la justicia y la paz nunca traerán frutos no deseados, ¿qué tal si los probamos?
Tu reino ya está muy cerca, con nosotros dios está; que broten pronto sus frutos de justicia y libertad. Hoy el mundo te reclama; ¡Ven, Señor Jesús! Que venga tu reino, tu reino de amor. (Canto y Fe Nº 4)
Isaías 35,1-10
Armando Weiss