Con toda mi alma espero al señor, y confío en su palabra. Yo espero al señor más que los centinelas a la mañana…
Salmo 130,5-6
La otra vez estaba leyendo un artículo que decía que la pandemia dejará toda una generación con secuelas y que nos afectará con consecuencias de larga duración en muchos, como por ejemplo la salud mental. Pero si miramos para atrás nos damos cuenta como otras generaciones fueron marcadas por las distintas crisis que debieron afrontar y sufrir, como por ejemplo: guerras, migraciones, crisis económicas, cierre de fábricas. etc.
Y esto lo quiero vincular con el texto del salmo de este día, que esperamos luego de una crisis. Que esperamos mientras esperamos, muchos han perdido la capacidad de esperar, muchos se han deprimido, muchas han perdido el sentido de la vida y de la esperanza.
Y el salmista nos enseñanza, como el guardia en la noche espera por un mañana, sabe que Dios llegará y se hará presente. Como cristianos esa es nuestra seguridad y esperanza en nuestra espera. El centinela está buscando no se duerme, mira por el horizonte aquello que llegará y vendrá.
Como iglesia, este salmo nos sirve para entender y comprender que podemos ayudar a muchos a ver que luego de las crisis, de los momentos duros, hay otro día, hay otra oportunidad de empezar. Nuestro hacer como cristianos tiene que ser ayudar a esperar en la esperanza, ayudar a otros que puedan ver nuevos horizontes, puedan y quieran esperar un mañana.
Hace unos días me encontré con alguien que volvía a trabajar, luego de una larga licencia por enfermedad, cuando le pregunte ¿cómo estaba?, me dijo: “Acá empezando de nuevo”. Le respondí: “Que siempre es bueno poder empezar de nuevo”.
Javier Oscar Gross
Salmo 130,5-8