Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado.
Romanos 8,10
Es fundamental tener presente que nuestra justicia no viene de nosotros sino que es parte de la Gracia de Dios para nuestras vidas. Somos cristianos imperfectos, santos y pecadores, pero donde el amor de Dios nos impulsa, el Espíritu Divino nos mueve a colocar cuidado en nuestra vida, no como una forma de pagarle algo a Dios, sino como consecuencia lógica de un Dios de amor que quiere todo lo bueno para el ser humano.
Y es que este ser fue hecho para amar, es su ambiente original; sin embargo, se tiende a buscar provechos personales, egoísmos, con facilidad aparecen los enemigos y, si no existen, los hacemos. Un pez en una pecera, está en su ambiente donde puede desarrollarse y vivir plenamente, sin embargo, fuera de ella solo comienza un proceso donde no hay vida, sino solo sufrimiento; y, el ser humano parece que no está satisfecho con esta propuesta que Dios le hace porque, una y otra vez, quiere salir de este espacio donde hay libertad y sentido de vida.
Pero nuestro llamado, que también fue el de los creyentes en Roma, es, no solo a estar informados y conscientes de esto, sino a actuar de tal forma que busquemos dar muerte a estas obras que nos hacen mal. El problema que no podemos derrotarnos a nosotros mismos, es por eso que pedimos la ayuda de Dios, pedimos que, estando en sus manos, él pueda dirigirnos, protegernos y hacernos caminar por su Reino que es vida y salud para la gloria de su nombre. Amén.
Alexis Salgado R.
Romanos 8,9-11