Queridas hermanas y hermanos en el Señor,
Las Iglesias Cristianas del Occidente festejan este domingo la Santa Pascua y las Iglesias Ortodoxas Orientales comienzan hoy la semana santa con el domingo de Ramos. Esta diferencia temporal, no obstante, no nos obstaculiza para tener los mismos sentimientos y para reflexionar sobre la “fiesta de las fiestas” que es la piedra angular de nuestra fe y vivencia en Cristo Jesús (1 Cor. 15:14).
La Pascua del Señor no es una celebración más en nuestro calendario, sino el continuo memorial –anámnesis- de que Dios se hizo hombre, sufrió voluntariamente la cruz y la muerte, las venció, y nos ha redimido desde entonces y para siempre de la maldición del pecado de los antepasados dándonos la posibilidad de asemejarnos nuevamente a Él. Pero el recordatorio –la conmemoración- anual debe también ser una percepción indeleble, un conocimiento certero y una convicción indeclinable que tiene que ser extendida a lo largo de nuestra vida: diríamos que se trata de una “intuición existencial”, ya que sin esta, la sintonía de vida verdaderamente cambia radicalmente.
Entonces, si Cristo resucitó reina esperanza; si Cristo resucitó, entonces el pecado es una contingencia a superar; si Cristo resucitó, entonces la muerte ya no es el fin, sino la puerta a la inmortalidad; Si Cristo resucitó, entonces la negatividad humana y sus límites vienen vencidos por Aquel que asumió nuestra semejanza para que nosotros tengamos la oportunidad de identificarnos y convertirnos por su Gracia en sus réplicas en este mundo; Si Cristo resucitó, entonces la vida llena de obstáculos y dificultades se convierte en una oportunidad para santificarnos y perfeccionarnos todos juntos como comunidad de fe y de amor.
Con estas reflexiones saludamos a todos los cristianos desde el Saliente al Poniente
deseándoles una Pascua en paz, con ricas bendiciones y con todo Don de lo Alto.
Buenos Aires 9-16 de Abril de 2023
Arzobispo Iosif
Presidente
Pastora Mariel Pons
I Vicepresidenta
Presbítero Carlos White
II Vicepresidente