Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.
Mateo 11,28
Nuestro versículo de hoy es extremadamente conocido y citado muchas veces. En él encontramos una frase atribuida a Jesús, la cual nunca pierde vigencia.
En este versículo Jesús dice: “Vengan a mí”, nos está llamando, nos convoca a que nos acerquemos a él. Las personas que escuchan y leen esto saben que están siendo invitadas a algo especial; estamos llamados a acercarnos a Jesús, tal como somos.
Jesús agrega: “todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas”. Él nos conoce perfectamente, sabe nuestras penas, de nuestra vida trabajada y a veces pesada; sabe de las veces que tuvimos que cargar con nuestras propias dificultades y nuestros propios desafíos. A veces llegamos al punto de estar al borde de la saturación (si no lo hemos pasado) y en ese contexto, Jesús nos llama con todo esto que cargamos.
Por eso estar cerca de Jesús es algo único y especial, y más aún si prestamos atención a lo que nos dice a continuación: “y yo los haré descansar”. Hermoso final para un versículo tan significativo, Jesús nos ha llamado, reconociendo nuestras cargas y cansancio, y se predispone a ayudarnos a llevarlas, nos ofrece descanso. Así nos demuestra que todo se aligera si logramos depositarlas con confianza en las manos de Jesús.
¿Vives débil y cargado de cuidados y temor? A Jesús, refugio eterno, dile todo en oración. (Canto y Fe Nº 216)
Guillermo Perrin