12° domingo después de Pentecostés, 20° en el año
¡Ah, mujer, tienes mucha fe! ¡Que se haga contigo tal y como quieres!
Mateo 15,28
Una mujer que grita pidiendo ayuda y como no ve una respuesta inmediata se arrodilla frente a Jesús para pedir que su hija sea sanada.
¡Cuán grande habrá sido su fe para que Jesús le responda de esta manera!
En el camino de la desesperación ella no cayó en la desesperanza. Por el contrario, rogó con muchas fuerzas e insistencia.
No es lo mismo transitar los senderos del dolor desesperanzados que revestidos de fe.
Muchas veces también nosotros debemos transitarlos. ¿Usamos como recurso la oración pidiendo ayuda a aquel que siempre está dispuesto a darnos una respuesta o caemos en el desánimo y la frustración?
Hoy, y cada día, tenemos la maravillosa oportunidad de comunicarnos con él para presentarnos tal cual somos y estamos. Él siempre nos espera.
Sólo se nos requiere fe, nada más que eso. Es el camino de la salvación según nos revelan las Escrituras; un camino seguro donde podemos experimentar muchas bendiciones.
Una de ellas es, por medio de la oración, estar en permanente comunión con él.
Pidámosle a Dios que nos conceda la gracia de tener la confianza de presentarle todo, sabiendo que habrá una respuesta segura a nuestro ruego y que ella nos traerá serenidad y paz.
“Dame, mi buen Señor, de vida el pan, como lo hiciste un día junto al mar; mi alma te busca a ti, Verbo de Dios, y en la Escritura quiere oír tu voz. Bendice, oh Salvador, hoy tu verdad, cual bendijiste ayer el fresco pan, en ella nos darás la libertad, y nadie nos podrá quitar tu paz”. (Canto y Fe Nro. 258)
Mateo 15,10-20.21-28
Carlos Abel Brauer, Pastor Emérito, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Crespo, Entre Ríos, Argentina.