El mensaje de la muerte de Cristo en la cruz parece una tontería a los que van a la perdición; pero este mensaje es poder de Dios para los que vamos a la salvación.
1 Corintios 1, 18
El agotamiento es una realidad en las experiencias posteriores a la pandemia de COVID-19. A muchas personas les ha tocado reconsiderar cómo reconstruir la iglesia sin perder de vista la lección de aventurarse hacia un futuro desconocido. El mensaje de la muerte de Jesús en la cruz y su resurrección sirven para hallar, en medio de la falta de sentido, la sabiduría divina que nos fortalezca ante todo lo que pueda parecer muerte.
El poder de la cruz deja expuesta la necedad de la sabiduría humana haciéndonos ver que vivimos mejor cuando nos unimos alrededor de la cruz, donde Dios confirma haber escogido a personas humildes y débiles con voluntad de poner en práctica sus dones. Esta sabiduría, derivada de la salvación, es la que ilumina toda acción o emprendimiento que se empeñe en servir a Dios. En la medida que esto sucede, vamos encontrando a Dios en las personas necesitadas, maltratadas, olvidadas, negadas, y hasta visibilizadas.
Cientos de personas con esas características se asentaban en los caminos polvorientos en Jerusalén y en las regiones de Galilea para ser vistos, tocados, alimentados y animados por Jesús. Su amor y sensibilidad es el fundamento de esta sabiduría de la cruz que, a ojos de muchas personas, parece tonta. No obstante, ella es cimiento para el discipulado. Seguir a Cristo resucitado nos da identidad: de ser siervos y siervas que ponen en práctica los dones y así dan testimonio del resucitado.
Oración cantada: Amarte Solo a Ti Señor… Confiar tan solo en ti Señor, y hacer tu voluntad. Al débil proteger Señor, al pobre defender Señor, tu reino proclamar Señor, y no volver atrás. Amén.
Patricia Cuyatti Chávez
1 Corintios 1,18-19
Tema: cruz, sabiduría