Lunes 29 de abril


¡Canten al Señor una canción nueva, pues ha hecho maravillas! ¡Ha alcanzado la victoria con su gran poder, con su santo brazo!
Salmo 98,1

¿Te tomaste tu tiempo para alabar a Dios hoy?

Generalmente creemos que la alabanza es sólo la que hacemos en la iglesia, cuando nos juntamos y cantamos adorando a Dios. De hecho, en algunas comunidades tienen cultos de alabanza, cuando todos los cultos lo son. Nos reunimos para alabar a Dios, adorarlo, escuchar su Palabra, meditarla y guardarla en nuestro corazón. El culto es ese momento espiritual especial, sin lugar a dudas.

Pero la alabanza personal diaria es muy importante, porque le da una impronta diferente a nuestro día.

Una señora de una de las comunidades de fe que acompaño me compartió que todas las noches, antes de sus oraciones y de dormir, entona canciones de sus himnarios. Lo hace con entusiasmo y devoción, lo que le permite descansar en paz, tranquila porque sabe que Dios la guarda en sus manos durante la noche. Pero al mismo tiempo, ella mantiene ese espíritu de alabanza y agradecimiento a lo largo del día, no porque su vida haya sido fácil, sino porque ama y confía en Dios.

Ella es un ejemplo de las muchas personas que diariamente alaban a Dios en sus casas, no esperan al domingo para hacerlo en la iglesia… aunque eso también es importante.

¿Te da vergüenza que te escuchen? Elegí el momento en que esté solo/a, des una caminata o estés cocinando, en el tractor o en el tambo, cuando el ruido opaca tu canto. Dios te escucha y se alegra con ello. Amén.

“¡Canten en los templos, canten en las calles, en el campo o en la gran ciudad!”
(Canten – Nº 113 – Cancionero Abierto)

Estela Andersen
Salmo 98,1-3

Compartir!

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email
Share on print
Print