La palabra del Señor es verdadera, sus obras demuestran su fidelidad. El Señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena toda la tierra! El cielo y cuánto hay en él, lo hizo el Señor por su palabra y por el soplo de su boca.
Salmo 33,4-6

Una hermosa forma de iniciar una nueva semana con el aliento del salmista, quien nos recuerda la fidelidad y grandeza de nuestro Dios. Estas palabras se enmarcan en una alabanza y gratitud hacia Dios por todas las obras de su creación, que son expresión de su amor y que a menudo, en la prisa de nuestras vidas, olvidamos reconocer y contemplar.
A menudo, nos encontramos observando mucho, pero nos olvidamos de detenernos para verdaderamente contemplar. Contemplar implica tomarnos el tiempo para permitir que los colores, las formas, los sonidos y los silencios que capturan nuestros ojos, oídos y sentidos lleguen profundamente hasta nuestro corazón. En ese ejercicio, se nos invita a reconocer que nada ocurre por casualidad; todo tiene una causa, es el resultado de las manos y el aliento divino, del cual también cada uno de nosotros forma parte.
Es a partir de este reconocimiento que podemos alabar, expresar gratitud y convertirnos en colaboradores e instrumentos de la justicia y la rectitud de Dios, visibilizando su amor que alcanza todos los rincones de la creación.
Las obras de Dios demuestran su fidelidad y nosotros somos parte de ella.

Hilario Tech

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