Del 24 al 26 de mayo, se realizó en la Congregación Evangélica Naranjal el 13º Retiro Nacional de Varones del Paraguay de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), bajo el lema “Hagámosle un lugar”, con la participación de 105 varones de 10 de las 12 congregaciones del distrito y una delegación de 11 personas del Distrito Misiones.
El tema fue desarrollado desde el área de la Pastoral de la discapacidad y su entorno con la presencia del pastor Pablo Münter, quien llevó a los participantes reflexionar en tres ejes temáticos a lo largo del día sábado: «¿Qué es la discapacidad? ¿Cómo acompañar a una familia con discapacidad? Y, por último, ¿Qué desafíos tenemos como Iglesia?»
Los participantes pudieron descubrir juntos que es importante, además de tener la accesibilidad para que cualquier persona con discapacidad pueda acceder a las actividades eclesiásticas, mantener una postura o mirada adecuada frente a las personas con discapacidad. ¿Es la iglesia una comunidad con una mirada hospedadora, que haga que estas personas se sientan como en casa? En el devocional del viernes por la noche, el pastor Pablo reflexionó sobre la actitud de Abraham (Génesis 18) de ir al encuentro y hacer sentir a los peregrinos que estaban como en casa.
La jornada del sábado comenzó con una dinámica en la que algunos participantes pudieron experimentar lo que es tener limitaciones físicas. Luego se discutió sobre el tema y, por la tarde, se enfrentaron al desafío de cambiar su perspectiva como iglesia y acercarse a las familias que tienen uno o más integrantes con discapacidad. El domingo, el encuentro concluyó con un culto de gratitud por los 12 encuentros anteriores, durante el cual se hizo una breve retrospectiva presentando las 12 remeras de esos encuentros, gracias a don Celso Glienke, quien tuvo la gentileza de traerlas.
En el culto también se reflexionó sobre la misión de ir a las calles de los pueblos e invitar a todos a participar del banquete de Dios, según Lucas 14:15-24. A pesar de las bajas temperaturas, el encuentro permitió a los participantes sentir y reafirmar la importancia de reunirse y celebrar juntos, dejándose guiar y desafiar por la palabra de Dios, la cual, al estilo de Hechos 2:1-13, los llama a hablar una nueva lengua en la que todos puedan entenderse. Según la evaluación de los participantes, fue un encuentro muy lindo y un espacio muy agradable. La próxima cita será en Katueté del 30 de mayo al 1 de junio de 2025.