2º Domingo de Pentecostés
El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. Por esto, el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el sábado.
Marcos 2,27

En cierta ocasión, me encontraba viajando de una ciudad a otra, conduciendo a la velocidad del que siempre llega tarde. Al ingresar a una pequeña población, me topé con los característicos carteles que indicaban la necesidad de reducir la velocidad y advertían sobre controles de radar. Mi frustración se manifestó de inmediato, lamenté la presencia de quienes eran responsables de esta señalización, asumiendo que habían sido colocados únicamente con el propósito de imponer multas y recaudar fondos a expensas del denso tráfico que atravesaba la zona. Inmerso en estos pensamientos, de repente, tres niños corrieron justo unos metros delante de mí. Gracias a haber disminuido adecuadamente la velocidad, logré frenar a tiempo y maniobrar para evitar un accidente. Este incidente me recordó que las normativas de tránsito existen para protegernos y no deben ser cumplidas meramente por ser leyes.
En mi vida pastoral, muchas personas acuden a mí en busca de orientación sobre cómo abordar las leyes del Antiguo Testamento. Una consulta que me ha llamado la atención es si hacerse tatuajes constituye un pecado. Para responder a esto, en primer lugar, tuve que investigar dónde se menciona esto en la Biblia. En segundo lugar, expliqué que en tiempos antiguos, los tatuajes eran símbolos de compromisos adquiridos con deidades paganas, lo que implicaba no tener fe en el Dios de Israel. Sin embargo, esta perspectiva queda superada por nuestra identificación con Jesucristo a través del bautismo.
Nuestra salvación depende de nuestra conexión con Dios y no de si tenemos tatuajes. Hacerse tatuajes es una elección personal y una manifestación de nuestra libertad, a pesar de las posibles restricciones que puedan surgir, como la imposibilidad de donar sangre, por ejemplo. El concepto de descansar en el día sábado se traslada a nosotros, y en nuestra libertad, optamos por observar el día domingo, en conmemoración de la resurrección de Jesucristo al inicio de la semana.

Waldemar von Hof

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