Material Didáctico de Catequesis para Pequeñitos.
Elaborado por la Coordinación de Catequesis del Distrito Entre Ríos Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP).
Comisión de Educación de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

UNIDAD DIDÁCTICA

Fundamentación:
Como IERPinos creemos en un Dios, que es Padre y Madre, que nos ama con ternura, lleno de bondad y misericordia. Jesucristo es nuestro Redentor, amigo fiel, en quien podemos confiar, nuestro guía y protector. Viene a nuestro encuentro cada día, nos acompaña y bendice, permaneciendo siempre en medio nuestro con la presencia de su Santo Espíritu.

OBJETIVOS:
Que los niños puedan comprender y vivenciar el amor incondicional de Dios y tengan la certeza de la compañía de Jesús, como su mejor amigo, maestro y un modelo a seguir. Podemos desplegar distintas estrategias para que los chicos puedan relacionar los acontecimientos bíblicos y las enseñanzas de la catequesis, con situaciones que les sean cotidianas y puedan experimentar y acrecentar su fe en Dios, desde la niñez.

Contenidos:
Relatos bíblicos, narraciones, cuentos, actividades, manualidades, dinámicas y canciones sugeridas, para abordar cada tema.

UNIDAD DIDÁCTICA 1

Se puede comenzar la clase con alguna de las dinámicas sugeridas con una ronda y una canción… Después pueden sentarse y compartimos un relato… (Previamente, colocamos un balón en el centro, para captar la atención en los niños) Les voy a contar, sobre Tomi, un chico que quería ser parte de un equipo…

“EL EQUIPO DE FÚTBOL DEL BARRIO”

(Se puede relatar con títeres)

Un chico que se llamaba Tomi hacía poco tiempo que se había mudado con su familia al barrio. Vivía cerca de la canchita y veía cómo los demás chicos jugaban al fútbol, pero era bastante tímido y no se animaba a hablarles. Pasaron unos días, hasta que uno de los chicos que iba a la canchita se acercó y le preguntó:

—¿Cómo te llamas?

Y él le respondió:

—Tomi.

El otro niño le contestó:

—Yo me llamo Santi. ¿Querés venir a jugar con nosotros?

—¡Estaría buenísimo! Pero no conozco a nadie —dijo Tomi.

Santi le respondió:

—Por eso no te preocupes… Yo te acompaño y te presento. ¡Vamos!

Tomi sonrió y fueron a donde estaban los demás niños. Santi le presentó a los chicos. Tomi se sintió tan feliz de ser parte del equipo y tener amigos para jugar. Desde entonces, Santi y Tomi son como hermanos. Por la mañana, van juntos a la escuela y por la tarde, después de hacer la tarea, disfrutan ricas meriendas y, por supuesto, cada vez que les dan permiso, se encuentran con los chicos en la canchita para jugar al fútbol.

¡Sabían que desde hace mucho tiempo, Jesús también formó un equipo, para una misión muy importante!

JESÚS FORMA UN EQUIPO Y COMIENZA SU TAREA
Mateo 4: 18-22

(Colocar una caña de pescar en el centro y una red, puede ser hecha con lana o una bolsa con esa trama)

El mismo Jesús que nació en Belén pasó su niñez en una ciudad llamada Nazaret. Vivió allí con sus padres, José y María, y sus hermanos. Cuando Jesús creció, empezó su tarea de enseñar la Palabra de Dios, sanar y ayudar a la gente, pero para ello, quiso tener su equipo, “LOS DISCÍPULOS” (explicar el significado), para que lo acompañaran y estuvieran preparados para continuar su tarea aquí en el mundo cuando Él volviera a estar con Dios.

Un día vio a dos hombres que estaban arreglando sus redes para pescar. Eran hermanos y los llamó:

—¡Andrés! ¡Simón! ¡Síganme!

De inmediato, los dos dejaron sus cosas, se dieron vuelta y, al mirarlos, Jesús les dijo:

—¡Yo les enseñaré a pescar personas en lugar de peces!

Simón y Andrés siguieron a Jesús. Después, se fueron sumando más discípulos, hasta que llegaron a ser doce en el equipo especial de Jesús.

Ahora Jesús nos invita a nosotros a estar en su equipo. Por eso, le rezamos, le cantamos y podemos ayudarle, contándole a todos esta hermosa noticia:

—¡JESÚS NOS AMA!

TRABAJAR LAS EMOCIONES CON LOS CHICOS:

¿Cómo creen que se sintieron Pedro y Andrés cuando Jesús los llamó por sus nombres?
¡Contentos!
¡Pero también asombrados!
¡Porque Jesús los conocía aunque nunca se habían visto!

¿Cómo los conocía?
Cuando nos presentamos en un lugar, debemos decir nuestro nombre y apellido para que sepan quiénes somos. Jesús nos conoce porque nos ama y, al igual que sabía los nombres de Pedro y Andrés, también sabe los nuestros. ¡Cada vez que oramos, no hace falta presentarnos con nuestro nombre y apellido, porque Jesús sabe quiénes somos!

¿Cómo nos sentimos cuando alguien nos llama por nuestro nombre?
¡Felices!

Es muy importante llamar a cada uno por su nombre, así como nos gusta que nos llamen por el nuestro. Debemos respetar a los demás y no ponerles sobrenombres a nadie. (Aclarar que no es lo mismo un diminutivo que un sobrenombre.)

CANCIONES SUGERIDAS:

ACTIVIDADES SUGERIDAS:

En una hoja o cartulina, cada niño decora su nombre a gusto, con lentejuelas, figuras en afiche (flores, corazones, estrellitas, etc.) o con bollitos de papel crepé. Buscamos con anticipación a la clase el significado del nombre de cada niño y lo compartimos en el grupo.

Hacer un mural estampando con tempera las manitos de los chicos, con sus nombres, o pegar corazones con el nombre de cada uno.

Formar equipos para realizar alguna actividad, por ejemplo, hacer un altar con piedras, velas y flores para el momento de adoración, decorar el aula, etc.

Decorar peces de distintos colores y tamaños, pegarlos en una hoja y, con hilos de lana, formar e ir pegando una red que quede por encima.

Hacer un pez de cartulina y que los chicos lo decoren con brillantina, lentejuelas o escamas hechas en papel brillante.
Dinámicas Sugeridas:

Hacer una ronda y una catequista pasa por el centro, entonando la canción “Jesús trae una noticia” e invita a los niños, de a uno por vez, sumando integrantes en cada vuelta, hasta que todos hayan sido invitados al grupo que gira en el centro.

Cantar «Juan Paco Pedro de la Mar» con mímicas: Formamos una ronda y la catequista comienza cantando la canción, mientras camina en el centro. Cuando concluye, le pregunta al niño que tiene en frente: ¿Cómo te llamas? El niño dice su nombre y la acompaña de la mano por el centro de la ronda, cantando, hasta que se detienen frente a otro niño, y así sucesivamente hasta que todos hayan dicho su nombre y queden incluidos en el grupo.

Hacer cañitas de pescar con palitos, hilos y ganchitos abiertos. También hacer peces de cartón, goma eva o restos de tablitas, y colocarles ganchitos cerrados.
Jugar en equipos a pescar.

Oramos:
Damos gracias a Jesús, porque siempre está con nosotros, nos conoce y nos ama mucho. Amén.

 

UNIDAD DIDÁCTICA 2

Relato para comenzar la clase.
(Podemos usar títeres o muñequitos de peluche, para generar interés en la narración)

Había dos ardillitas que eran hermanitas. Una se llamaba Sara y la otra, Rita. Estaban jugando en su casita en un viejo árbol, mientras su mamá les preparaba un rico almuerzo. De repente, se escuchó un trueno muy fuerte y vieron por un huequito que había unos nubarrones oscuros y parecía que se venía una tormenta. Rita tuvo miedo, estaba muy intranquila, se tapó los oídos para no escuchar los truenos y no sabía dónde esconderse. Sara fue a su encuentro, la abrazó, le dijo que todo iba a estar bien y le recordó que su mamá siempre les decía que cuando tienen miedo, recen. Juntas oraron pidiendo que la tormenta pasara pronto.

Pasó un rato y empezó a llover. En eso, su mamá llegó a ver qué pasaba, porque hacían demasiado silencio, y les dijo:

—¡Hay que dar gracias a Dios, porque nos cuidó y por mandarnos la lluvia que hará crecer ricas nueces para comer!

Las dos ardillitas fueron a abrazar a su mamá y le preguntaron si podían salir a jugar cuando dejara de llover, y ella les contestó:

—¡Sí, pero recién cuando deje de llover!

Un rato más tarde, Sara y Rita saltaban muy felices entre las ramas de los árboles y, de a ratos, también por el barro.

¿Les gustó? Esto me recuerda a un relato de la Biblia donde habla de un temporal…

JESÚS CALMA UNA TORMENTA
Marcos 4: 35-41

Jesús y sus amigos, los discípulos, estaban navegando con un bote por un lago. Jesús se quedó profundamente dormido. De repente, se desató una gran tormenta, el cielo se oscureció y los discípulos tuvieron mucho miedo. Jesús se despertó, se puso de pie y le dijo a la tormenta y a las olas:

—¡Cálmense!

Y al instante la tormenta se detuvo y las olas se calmaron. ¡El viento y las olas obedecieron a Jesús!

TRABAJAMOS LAS EMOCIONES CON LOS CHICOS:

Hablar sobre los miedos. El miedo frente a las tormentas, la oscuridad, y permitir que los niños puedan expresar sus miedos, preocupaciones o angustias en términos generales. Al orar, hablamos con Jesús y contarle lo que nos pasa nos ayuda a sentirnos mejor, porque sabemos que Él siempre nos escucha y quiere que estemos bien.

ACTIVIDADES SUGERIDAS:

La seño, junto con los niños, escriben una carta a Jesús, contándole sus miedos, ansiedades y preocupaciones. La colocan en un sobre y lo pegan sobre una hoja o cartulina.

Dibujar en una cartulina, de un lado una carita triste y del otro lado, una carita feliz. Guardarla en un sobre y pegarlo sobre una hoja.

Representar la escena con un bote y olas hechos con cartulina. Con palitos de brochette pegados al bote, podemos moverlo mientras se va contando la historia.

Pegar en una hoja una tira ancha de cartulina azul hecha en forma de olas, dejando los costados y la parte inferior pegados, y la parte superior abierta (como si fuera un bolsillo). Colocar dentro un barquito de cartulina que se pueda mover.

Armar un rompecabezas (de cuatro partes solamente, si los niños son muy pequeños) con la escena del relato bíblico, que luego pueden colorear.

Armar un barquito con dos triángulos de cartulina (para las velas) y una medialuna de cartulina (para el bote). También se puede decorar a gusto.

DINÁMICAS SUGERIDAS:

Necesitamos una sábana y globos. Agitar entre todos una sábana con globos inflados y cuando la catequista da la orden: ¡CALMA!, todos se quedan quietos. Repetir varias veces.
Moverse en ronda al son de la música. Cuando la catequista dice ¡CALMA!, cesa la música y todos se quedan quietos. Repetir varias veces.

CANCIONES SUGERIDAS:

ORAMOS:

Damos gracias porque Jesús siempre nos escucha, es nuestro mejor amigo y nos quiere ayudar. Rezarle nos da mucha calma. Amén.

 

UNIDAD DIDÁCTICA 3

(Comenzar la clase viendo un pequeño video sobre el relato bíblico, en dibujos animados).

¿Quiénes aparecían en el video y qué habrá estado pasando allí? Ahora les cuento…

JESÚS DA DE COMER A MUCHA GENTE HAMBRIENTA
Lucas 9: 10-17

Un día, Jesús estaba hablando de Dios y había muchísima gente allí escuchándolo. Pasaron varias horas y la gente empezó a tener hambre. Sus discípulos estaban muy preocupados: ¿Dónde iban a conseguir comida para tantas personas? De repente, un niño que había traído algunos panes y unos peces para comer se acercó a Jesús y se los dio para compartir con los demás. Jesús les pidió que se sienten, tomó esos poquitos alimentos que tenían y empezó a repartirlos. Repartió, repartió, y el milagro sucedió: hubo suficiente comida para todos y sobró. Si compartimos, siempre alcanza.

TRABAJAMOS LAS EMOCIONES CON LOS CHICOS:

¿Cómo nos sentimos cuando compartimos?
¡Contentos, felices por poder ayudar!

¿Y cuando alguien comparte con nosotros?
¡Estamos muy contentos también!

¡Jesús también se pone feliz!

Así como hoy compartimos la merienda, siempre debemos compartir con nuestros hermanos, con nuestros compañeros en la escuela, con nuestros amigos… Compartir la comida, nuestros juguetes, esperar nuestro turno cuando jugamos, compartir las tareas de la casa para que no le quede todo a mamá, darle de comer a nuestras mascotas, limpiar sus casitas, etc.

Quiero contarles sobre un chico que aprendió lo lindo que es compartir…

Se llamaba Lautaro y vivía con sus padres y abuelos. Tenía muchos juguetes, también una tablet y una computadora. Como no tenía hermanos, no sabía compartir, porque siempre todo era para él y a veces se aburría mucho.

Una tarde fue con sus abuelos a pasear y conocer una ciudad. Mientras recorrían lugares, había merendado un poco y aún le quedaban unas manzanas. Se sentaron a descansar un rato en una plaza y Lautaro se dio cuenta de que un chico miraba cómo él comía una manzana y parecía tener hambre. Entonces, fue a donde estaba el niño y le regaló las otras dos manzanas que le quedaban.

Y empezó a sentirse tan feliz que no sabía por qué. Le preguntó a sus abuelos y ellos le dijeron:

—¿Sabes cuál es el motivo de tu alegría? ¡¡Aprendiste a compartir!!! ¡¡Ayudar a los demás y compartir siempre te hará sentir muy feliz y a nosotros también!!

ACTIVIDADES SUGERIDAS:

Llevar un paquete de galletitas, garrapiñadas, etc. Mostrarlo y dividirlo en porciones para que todos puedan comer, o invitar a los niños a que lleven merienda, mezclar todo lo que hayan traído en una bandeja y compartirlo.

Hacer galletitas, bombones o muffins, decorarlos y compartirlos.

Llevar galletitas caseras a un Hogar de Niños o a un Hogar de Abuelos, compartir una tarde con ellos, haciendo alguna manualidad, cantando, etc.

Hacer una cesta (puede ser con afiche o cartulina), pegarla sobre una hoja dejando abierta la parte superior, colocarle peces y panes (también pueden hacerse en cartulina o afiche) hasta llenarla.

CANCIONES SUGERIDAS:

ORAMOS:

Damos gracias a Jesús, porque nos enseña a compartir y ayudar, para que todos estemos mejor y seamos más felices. Amén.

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