En Cristo, gracias a la sangre que derramó, tenemos liberación y el perdón de los pecados. Pues Dios ha hecho desbordar sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos toda sabiduría y entendimiento.
Efesios 1,7-8

Como una madre que sacrifica su vida por su hijo, nos brinda ese regalo maravilloso de la libertad, dejando atrás todas nuestras travesuras. Nos ofrece todo, lo más preciado que posee, con una generosidad absoluta, sin esperar nada a cambio. Y no solo eso, nos guía, nos enseña y nos muestra el camino, proporcionándonos todas las herramientas necesarias para lograr una vida plena.
Esa imagen es la que puedo ver al leer este versículo. Cristo como madre. Y no solo puedo ver la imagen si no también sentir su abrigo.
Oración: Señor, padre y madre, deseo alabarte en este día y en cada día que siga. Alabo tu nombre y tus obras. Que tu nombre sea alabado en todos los rincones de la tierra. Que tu amor infinito y misericordioso alcance los corazones y vidas de hombres y mujeres, llegue a los poderosos y a los débiles, y les conceda entendimiento y sabiduría para construir la paz. Concédenos la fortaleza para aceptarte sin vergüenza ni restricciones. Que la sabiduría que recibimos de tu generosidad nos permita ver más allá de nosotros mismos y aceptar nuestras debilidades.
En tus manos Señor ponemos nuestras vidas y nuestras iglesias para tu obra salvadora. Amen

Andrea Rodriguez

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