Nochebuena
Pero el ángel les dijo: “No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor”.
Lucas 2,10-11
Es Nochebuena y se anuncia el nacimiento de Jesús. El mensajero es un ángel, como no podría ser de otra manera. Los ángeles siempre nos traen buenas noticias. ¿Alguna vez has experimentado recibir una buena noticia? Reflexiona, ya que todos en algún momento hemos sido portadores de buenas noticias para alguien más, actuando como ángeles. Cada vez que compartimos una buena noticia, nos transformamos en ángeles para quienes la reciben.
El anuncio del nacimiento de Jesús tuvo lugar en Nazaret, ya que María y José debieron trasladarse allí desde su lugar de origen. En medio de las circunstancias de ese viaje (imaginemos las condiciones), el ángel proclama la buena noticia. El esfuerzo que María y José estaban haciendo iba a ser una bendición para la humanidad, no solo para ellos mismos.
Dado el contexto de opresión en el que vivía la gran mayoría del pueblo, el anuncio del Mesías era una gran noticia, ya que implicaba la liberación del pueblo de Israel del orden establecido. Dios se manifestaba en Jesús para liberar al pueblo de la opresión que los mantenía en un estado de total indignidad. Las herramientas que Jesús usaría para lograrlo serían su palabra liberadora y las acciones inspiradas en esas mismas palabras.
No solo era revolucionaria la acción que emprendería (rebelarse contra el orden establecido), sino también la manera en que lo haría (no utilizaría armas, sino palabras y acciones concretas). ¡Y vaya que su enseñanza resultó revolucionaria! Casi 2000 años después, las palabras y acciones de Jesús siguen transformando a personas con el potencial de cambiar el mundo.
David Cela Heffel