Los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
Nehemías 8, 3b
El final del versículo 3 de Nehemías 8 testimonia cómo el pueblo se congregó en la plaza para escuchar atentamente las enseñanzas de la ley de Dios entregada a Moisés.
Si el pueblo buscaba oír la ley de Dios, seguramente era porque confiaban en que esa ley los orientaría y sería de ayuda para sus vidas, estableciendo pautas para su conducta y acciones.
Hoy, al igual que en tiempos pasados, necesitamos escuchar atentamente no solo la ley de Dios en el Antiguo Testamento, sino también el testimonio y ministerio de Jesús que el Nuevo Testamento nos presenta.
En toda la Biblia encontramos palabras de vida que guían y orientan nuestras vidas en buena dirección. Que podamos buscar en los textos bíblicos las enseñanzas y palabras que sean de beneficio y nos edifiquen a cada uno y cada una. Que estemos atentos no solo a los mandamientos, sino también a las enseñanzas de Jesús, sus consejos y palabras. Y que nuestro corazón esté dispuesto a practicarlas con alegría y confianza. Amén.
Rudinei Bischoff