Salmo 118:1-2, 14-24
1 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
Porque su misericordia es para siempre.
2 Diga ahora Israel:
¡Su misericordia es para siempre!

14 El Señor es mi fortaleza y mi cántico,
y él ha sido mi salvación.
15 A voz de júbilo y de victoria
se oyen las voces de los justos en las tiendas de los justos:
¡La mano derecha del Señor hace proezas!
16 La mano derecha del Señor es sublime,
la mano derecha del Señor hace proezas.
17 No moriré, sino que viviré,
y contaré las obras del Señor.
18 Me castigó gravemente el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

19 Ábranme las puertas de la justicia;
entraré por ellas y alabaré al Señor.
20 Esta es la puerta del Señor,
por ella entrarán los justos.
21 Te alabaré porque me has respondido,
y has sido mi salvación.

22 La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser cabeza del ángulo.
23 El Señor ha hecho esto,
y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
24 Este es el día que hizo el Señor;
nos gozaremos y alegraremos en él.

Isaías 65:17-25
17 Porque he aquí que yo crearé cielos nuevos
y tierra nueva;
y no será recordada la primera,
ni vendrá más al pensamiento.
18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre
en lo que yo creo;
porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría,
y a su pueblo gozo.
19 Y me alegraré en Jerusalén,
y me gozaré en mi pueblo;
no oirán más en ella voz de llanto,
ni voz de clamor.
20 No habrá más allí niño que viva pocos días,
ni anciano que sus días no cumpla;
porque el joven morirá de cien años,
y el pecador de cien años será maldito.
21 Edificarán casas y morarán en ellas;
plantarán viñas y comerán el vino de ellas.
22 No edificarán para que otro habite,
ni plantarán para que otro coma;
porque como los días de los árboles serán los días de mi pueblo,
y mis escogidos disfrutarán plenamente
la obra de sus manos.
23 No trabajarán en vano,
ni tendrán hijos para maldición,
porque serán linaje de los benditos del Señor,
y sus descendientes con ellos.
24 Antes que me llamen, yo responderé;
mientras aún estén hablando, yo habré oído.
25 El lobo y el cordero serán apacentados juntos,
y el león comerá paja como el buey;
pero el serpiente, su comida será polvo.
No harán mal ni daño en todo mi monte santo,
ha dicho el Señor.

Hechos 10:34-43
34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo:
—En verdad, comprendo que Dios no hace acepción de personas,
35 sino que en cualquier nación, el que le teme y hace lo justo le es acepto.
36 Dios envió el mensaje a los hijos de Israel, anunciando la paz por medio de Jesucristo, este es el Señor de todos.
37 Ustedes saben lo que ha sucedido en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan,
38 como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén, a quien mataron colgándole de un madero.
40 A este levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestara,
41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.
42 Y nos mandó que predicáramos al pueblo y testificáramos que él es el que Dios ha puesto por juez de vivos y muertos.
43 De él dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creen reciben perdón de pecados por su nombre.

1 Corintios 15:19-26
19 Si nuestra esperanza en Cristo solo es para esta vida, somos los más miserables de todos los hombres.
20 Pero en verdad Cristo ha resucitado de los muertos, primicia de los que durmieron.
21 Pues, ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
22 Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego, los que son de Cristo, en su venida.
24 Después será el fin, cuando entregue el reino a Dios, el Padre, después de destruir todo dominio, toda autoridad y poder.
25 Porque es necesario que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
26 El último enemigo que será destruido es la muerte.

Lucas 24:1-12
La resurrección de Jesús
1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias que habían preparado.
2 Encontraron que la piedra había sido removida del sepulcro,
3 pero al entrar no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
4 Mientras estaban perplejas por esto, se les presentaron dos hombres con vestiduras resplandecientes.
5 Como ellas tuvieron miedo y bajaron el rostro a tierra, ellos les dijeron:
—¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea,
7 que era necesario que el Hijo del hombre fuera entregado en manos de hombres pecadores, y que fuera crucificado, y que al tercer día resucitara.
8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
9 y regresaron del sepulcro y dieron las nuevas a los once y a todos los demás.
10 Las que dijeron esto fueron María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo, y las demás que estaban con ellas.
11 Pero a ellas les parecían palabras de locura, y no las creyeron.
12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió al sepulcro; y al mirar dentro, vio las vendas solas, y se fue a casa, maravillado de lo que había sucedido.

Agenda Evangélica: Salmo 118,14-24; 1 Samuel 2,1-8a; 1 Corintios 15,1-11; Marcos 16,1-8; Juan 20,11-18 (P)