Salmo 49:1-11
1 Oíd esto, pueblos todos;
inclinad oídos, habitantes de todo el mundo,
2 tanto los hijos de los más ilustres, como los de los más humildes,
ricos y pobres igualmente.
3 Mi boca hablará sabiduría,
y el pensamiento de mi corazón será lleno de entendimiento.
4 Inclinaré al oído a una sentencia,
desarrollaré mi enigma al son del arpa.
5 ¿Por qué he de temer en los días de mal?
Cuando me rodea la maldad de mis enemigos,
6 los que confían en sus bienes
y de la multitud de sus riquezas se jactan,
7 ninguno de ellos podrá de ningún modo redimir al hermano,
ni dar a Dios su rescate;
8 la redención de su vida es costosa,
y no se logrará jamás,
9 para que viva para siempre,
y no vea la sepultura.
10 Pues verá que aún los sabios mueren,
que perecen igualmente el insensato y el necio,
y dejan a otros sus riquezas.
11 Su pensamiento es que sus casas serán eternas,
y sus moradas para generación y generación;
dan su nombre a sus tierras.

Eclesiastés 1:2, 12-14; 2:18-23
Eclesiastés 1:2
2 Vanidad de vanidades,
dijo el predicador;
vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Eclesiastés 1:12-14
12 Yo, el predicador, fui rey sobre Israel en Jerusalén,
13 y di mi corazón a examinar y a investigar con sabiduría todo lo que se hace debajo del cielo;
este penoso oficio dio Dios a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
14 He visto todas las obras que se hacen debajo del sol;
y he aquí, todo es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 2:18-23
18 Y aborrecí la vida,
porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa,
pues todo es vanidad y aflicción de espíritu.
19 Y miré que mi obra,
en la cual me había afanado, la iba a dejar al hombre que viniera después de mí;
20 y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de lo que yo he hecho con afán y sabiduría debajo del sol?
También esto es vanidad.
21 Así que he llegado a la conclusión:
Que también esto es vanidad.
22 Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo y de la fatiga de su corazón,
con que se afana debajo del sol?
23 Porque todos sus días son trabajos y aflicciones;
aún de noche su corazón no descansa.
También esto es vanidad.

Colosenses 3:1-11
1 Si habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo, sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba,
no en las de la tierra,
3 porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste,
entonces también vosotros seréis manifestados con él en gloria.
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría;
6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo, cuando vivíais en ellas.
8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas:
ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
9 No mintáis los unos a los otros,
habiendo despojado del viejo hombre con sus hechos,
10 y revestido del nuevo,
el cual conforme a la imagen del que lo creó,
se va renovando hasta el conocimiento pleno,
11 donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión,
bárbaro, escita, esclavo, libre,
sino que Cristo es el todo, y en todos.

Lucas 12:13-21
13 Y le dijo uno de la multitud:
—Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
14 Pero él le dijo:
—Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
15 Y les dijo:
—Mirad, y guardaos de toda avaricia;
porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
16 También les refirió una parábola, diciendo:
La heredad de un hombre rico había producido mucho,
17 y él pensaba dentro de sí, diciendo:
¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
18 Y dijo:
Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores,
y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes,
19 y diré a mi alma:
Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años;
reposa, come, bebe y regocíjate.
20 Pero Dios le dijo:
—Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma;
y lo que has provisto, ¿de quién será?
21 Así es el que hace para sí tesoro,
y no es rico para con Dios.

Agenda Evangélica: Salmo 107,1-9; Éxodo 16,2-3.11-18; Hechos 2,41-47; Juan 6,1-15; Juan 6,30-35 (P)