Jueves 17 de abril

 

Jueves Santo

 

Yo les he dado un ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho.

 

Juan 13,15

 

¿Cuántos “modelos” nos proponen las sociedades en que vivimos? Uno de los más conocidos y utilizados es, quizás, el del individualismo. Debes y puedes ser el primero en todo; si para llegar a serlo destruyes lo que te rodea, no importa. Y así, se vive sin mirar al costado a quien queda en el camino, sin mirar a la otra persona ni a la naturaleza.
Los marginados son feos, haraganes, negros e ignorantes; por eso están como están. Los viejos van a morir, y cuánto más pronto, mejor, así no hay que preocuparse más por ellos. Achicamos los gastos y las molestias. La naturaleza debe producir al máximo, no importa cuánto la contaminemos.
Pero el modelo no es sólo el actuar y pensar desde lo individual.
Tenemos también un modelo de sociedad violenta: violencia de género, familiar, comunitaria y entre naciones. Todo se soluciona por el poder del más fuerte.
¡Qué opuesto a estos modelos es el que nos da Jesús! Un ejemplo de mansedumbre, de servicio, de amor y solidaridad. El “jefe” toma la palangana con agua y la toalla, se inclina y lava los pies a sus seguidores. Se hace servidor de todos y, no solo eso, ama y se relaciona con aquellos y aquellas que la sociedad deja de lado.
Y nos manda a hacer lo mismo: servir y amar, aun dando la vida. Nuestra vida se relaciona y roza la de otras personas que viven distintas circunstancias. Qué sanador es poder ver la vida al paso de los años, los momentos en que hemos seguido el ejemplo de Jesús. Solo así podremos ser señales de su reino, que se hace visible en el amor y el servicio.

 

Doris Arduin y Germán Zijlstra

 

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