Domingo de Pascua de Resurrección
¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado.
Lucas 24,5b-6ª
¡Ha resucitado! Esta es la buena nueva anunciada a las mujeres que fueron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús. El sepulcro está vacío. La violencia, el odio y la muerte han sido vencidos. La vida es más fuerte que la muerte. ¡Aleluya, el Señor resucitó!
Esta es la esencia del mensaje de Pascua y de nuestro testimonio de fe: Jesús vence la muerte, está vivo y nos abre el horizonte de una nueva vida junto a Él. En este domingo en que celebramos la buena nueva de la resurrección, somos llamados y llamadas a hacer lo mismo que las mujeres: compartir esta buena noticia y transformar las situaciones y lugares de muerte con nuestro testimonio de amor y de paz. Vivimos en una sociedad donde somos bombardeados todos los días con noticias de muerte y cada vez más nos cuesta ver señales de vida y esperanza. Es tanta la desesperanza que hemos olvidado que Dios cada día nos sorprende con su gracia: que las piedras de la muerte pueden ser removidas y las tumbas abrirse para una nueva vida. Dejémonos hoy sorprender por la gracia de Dios, así como fueron sorprendidas las mujeres que esperaban encontrar el cuerpo de Jesús en el sepulcro. Que este domingo de resurrección sea de alegría y celebración, que se renueve nuestra esperanza y fe, a fin de que nosotros y nosotras podamos ver en medio de tantas situaciones de muerte y desesperanza la presencia de Cristo vivo; y al igual que las mujeres, podamos ir al encuentro de los demás anunciando que la vida y el amor han triunfado, pues Cristo resucitó. ¡Aleluya! Amén.
Izani Bruch