Lunes 14 de julio

 

Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?, ¿quién puede habitar en tu santo monte? Sólo el que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de todo corazón; el que no habla mal de nadie; el que no hace daño a su amigo ni ofende a su vecino.

 

Salmo 15,1-3

 

El oprimido, el desamparado, el inquieto, el tímido, el anciano, el sobreviviente, el migrante, el sereno, el trabajador, el impaciente, el lastimado, el sediento, el rebelde, el marginado, el niño, el tolerante, el refugiado, el solitario, el humilde, el preso, el profesional, el estudiante, el angustiado, el caminante, el soñador, el luchador incansable, el que espera, el perseguido, el que ríe, el joven, el cansado, el enfermo, el desempleado, el sin hogar, el libre, el señalado, vos, yo. En la esperanza de sabernos hijos de Dios, hermanos de Jesucristo, aquel que nos deja el mandato del arrepentimiento de corazón sincero, de aquel que nos perdona, nos apoya su mano en nuestro hombro y nos dice: ven a la rueda conmigo, ven a la rueda con todos.
Que el Espíritu Santo pueda obrar en cada uno para acercarnos un poquito, volver la mirada a Dios y no sentirnos, ni hacer sentir a nadie, fuera de su santo monte. Amén.

 

Betina Wagner

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