Entre el 4 y el 9 de julio, la Congregación Evangélica de Santa Rosa del Monday (Paraguay) recibió con alegría la visita de 35 personas, provenientes de la Congregación Evangélica de Crespo (Entre Ríos, Argentina), ambas pertenecientes a la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP). El encuentro estuvo marcado por la fraternidad y un hermoso intercambio cultural. “La congregación de Crespo es mi congregación de origen. Ya hemos realizado visitas mutuas en otras oportunidades, y la propuesta es continuar con este vínculo fraternal en los próximos años”, relató el pastor Armando Weiss, oriundo de Crespo y actualmente en funciones pastorales en Santa Rosa.
El domingo 6 de julio fue una jornada muy especial, ya que coincidió con la realización del tradicional Almuerzo Colonial, una fiesta comunitaria que congregó a unas 500 personas en Santa Rosa. Allí, las delegaciones ofrecieron danzas típicas de sus países. “La gente de Crespo que vino presentó bailes tradicionales folclóricos argentinos, y gente de acá presentó bailes paraguayos y también brasileros gaúchos. Entonces hubo un gran intercambio cultural ese día”, recordó el pastor Weiss. Fue una celebración cargada de alegría, en la que se entrelazaron sabores, música e identidad.
La visita también incluyó recorridos turísticos. Las y los visitantes aprovecharon para conocer algunos atractivos emblemáticos de la región, como las Cataratas del Iguazú, el Parque de las Aves y la ciudad de Ciudad del Este. Sin embargo, uno de los momentos más valorados por ambas comunidades fue el lunes 7, día dedicado al aprendizaje mutuo a través de la cocina. “La gente de Crespo enseñó a hacer el asado con cuero acá a los de Santa Rosa, y la gente de Santa Rosa, los varones, les enseñaron a hacer el tradicional churrasco al espeto. Las mujeres de Crespo enseñaron a hacer kraupirok, y las de acá les enseñaron a hacer chipa guazú”, detalló Weiss.
Esa misma noche, se organizó una cena abierta en la que se sirvió el asado con cuero, una preparación poco habitual en la zona, que despertó gran interés. Alrededor de 250 personas participaron de esta nueva instancia de encuentro comunitario. “Fue una forma de mostrar acá en la región una comida diferente”, destacó el pastor, subrayando que más allá de la gastronomía, se vivió una experiencia de comunión, hospitalidad y construcción colectiva.
Ambas congregaciones ya proyectan una nueva etapa de esta relación fraternal. “Va a continuar ahora con una visita de Santa Rosa a Crespo en el año que viene o, como máximo, en 2027”, adelantó Weiss. El testimonio de este encuentro es una muestra concreta de cómo la vida comunitaria, vivida desde la fe, puede también convertirse en espacio de integración, aprendizaje y esperanza compartida entre pueblos.