Sábado 9 de agosto

 

Por la fe, Abrahán obedeció cuando fue llamado, y salió sin saber a dónde iba, y se dirigió al lugar que iba a recibir como herencia.

 

Hebreos 11,8

 

Nos presenta la fe de Abraham y su familia como un ejemplo de confianza y obediencia a Dios. Abraham respondió al llamado de Dios dejando su hogar y yendo a un lugar que no conocía. Esta disposición a seguir a Dios sin saber el destino exacto nos enseña sobre la verdadera naturaleza de la fe: una confianza plena en Dios, incluso en la incertidumbre.
En nuestra vida diaria, enfrentamos muchas situaciones que requieren fe. A veces, nos encontramos en medio de cambios o decisiones importantes sin ver claramente el resultado. Como Abraham, estamos llamados y llamadas a confiar en Dios, creyendo que Él tiene un plan perfecto para nosotros y nosotras, aunque no podamos verlo todo.
Abraham y su familia vivieron como extranjeros en la tierra prometida, esperando la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Este pasaje nos invita a recordar que somos peregrinos en esta tierra. Nuestra verdadera patria es celestial, y debemos vivir con nuestros corazones enfocados en las promesas eternas de Dios.
La fe de Abraham nos desafía a mirar más allá de nuestras circunstancias actuales y a poner nuestra esperanza en Dios, quien es fiel y cumple sus promesas. Nos recuerda que, aunque no siempre entendamos el camino, podemos confiar en que Dios nos guiará y proveerá.
Querido Dios, te damos gracias por el ejemplo de fe que encontramos en Abraham. Ayúdanos a confiar en ti, incluso cuando no vemos el camino completo delante de nosotros y nosotras. Danos la valentía para obedecer tu llamado y seguir tu dirección, sabiendo que tú tienes un plan perfecto para nuestras vidas. Amén

 

Rolando Ortez Martinez

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