Lunes 11 de agosto

 

El reino que Dios nos da no puede ser movido. Demos gracias por esto, y adoremos a Dios con la devoción y reverencia que le agradan.

 

Hebreos 12,28

 

Hoy en día, muchos afirman que el fin del mundo será consecuencia de nuestro deseo de poseer la mayor fuerza armada y la mayor cantidad de armas. También podría ser resultado de la destrucción del medio ambiente. Desde el principio, Dios nos encargó conservar su maravillosa creación. Quienes honran al Creador tratarán la creación con cuidado y no la destruirán. Sin embargo, esto ya no sucede en la actualidad.
La carta a los Hebreos lo deja claro: ¡Dios interviene! En Hebreos está escrito: “Dios dice: ‘Una vez más haré temblar no solo la tierra, sino también los cielos’”. Este “una vez más” indica que lo que puede ser sacudido, por haber sido creado, ha de ser transformado, para que lo que no puede ser sacudido permanezca. La Biblia deja claro que Dios mismo interviene y sacude, cambiando lo que se puede cambiar. Solo el reino de Dios perdurará.
Nuestra alegría y gratitud por esto deben expresarse en nuestro servicio a Dios. Aquellos que sirven a Dios ayudan con confianza a construir el reino de Dios, armonizando con sus planes y objetivos. Vivir al servicio de Jesús es nuestra vocación y una dignidad especial.
“Demos gracias al Señor” (Canto y Fe número 356).

 

Erica y Wilhelm Arning

Compartir!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Print