En aquel tiempo, la voz de Dios hizo temblar la tierra, pero ahora dice: «Una vez más haré temblar no sólo la tierra, sino también el cielo.
Hebreos 12,26
Al leer este verso, vienen a mi mente los recuerdos de cuando se entregó la ley, hubo un terremoto, y cuando tuvo lugar la crucifixión del Señor Jesucristo, también hubo un terremoto. Ahora bien, Dios dice que llegará el día en que Él sacudirá todas las cosas. Dios dice aquí que Él hará no solo que la tierra se estremezca, sino también el cielo mismo. ¿Y sabe usted por qué va a hacer esto? Para que su universo creado sepa que hay algunas cosas que no se pueden cambiar, y una de ellas es la fe viva en Jesucristo. Él es la Roca sobre la cual nosotros nos apoyamos, que no puede ser conmovida o sacudida. ¿Quiere encontrar un lugar seguro? Jesús es el lugar apropiado al que acudir y el escudo seguro para refugiarse. Los seres humanos quieren convertir a este mundo en un lugar seguro. Pero ningún ser humano ni ninguna organización mundial puede hacer de esta tierra un lugar seguro. Solamente Dios va a convertir esta tierra en un lugar seguro, y para lograrlo, Él primero va a hacer temblar todas las cosas.
En el verso 27 leemos: “la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las cosas que no se pueden mover”.
En otras palabras, ¿sobre qué edificamos nuestras vidas? ¿Sobre qué fundamento estamos construyendo? ¿Estamos construyendo sobre arenas movedizas, o sobre la roca que es Cristo?
El texto de Hebreos aclara que Dios permanecerá, su Palabra permanecerá, y el reino eterno al cual pertenecen los creyentes también permanecerá. Reflexiona sobre ello y permite que Cristo sea parte de tu vida.
Daniel Enrique Frankowski