«Pastor de pastores»: hasta siempre, Rodolfo Reinich

La Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) despide con profunda gratitud y esperanza en la resurrección al pastor Rodolfo Reinich, quien falleció el 5 de agosto de 2025 en la ciudad de Buenos Aires, a los 82 años. Rodolfo fue pastor presidente de la IERP entre 1980 y 1998, acompañando a la iglesia durante 18 años de transformaciones profundas, en un contexto de grandes desafíos políticos, sociales y eclesiales en el Cono Sur.

 

Nacido el 26 de diciembre de 1942 en Crucecita Séptima, Entre Ríos, fue allí donde fue bautizado y donde germinaron las raíces de su fe sencilla, cercana y comprometida. Hijo de campesinos, siempre mantuvo la calidez de sus orígenes. En sus propias palabras: «Traté de ser lo más natural posible como pastor. Tener una relación espontánea con la gente». Tras realizar un año de vicariato en el distrito de Paraguay, pasó un año en Alemania. A su regreso, en 1971, fue llamado para pastorear la Congregación Evangélica San Antonio, donde fue ordenado el 2 de mayo de 1978. Ese mismo año se trasladó a la parroquia Panamericana de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires, y en 1980, con tan solo 37 años, fue elegido pastor presidente de la IERP en el sinodo celebrado en Asunción, convirtiéndose en el primer pastor presidente no alemán de la IERP.

 

Durante su presidencia, Rodolfo acompañó la transición de la IERP desde su identidad como Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata hacia una iglesia arraigada en el sur del continente. Una iglesia con los pies en la tierra y el corazón en el Evangelio. Abrió caminos en el diálogo ecuménico, posicionó la justicia y los Derechos Humanos como ejes centrales del testimonio cristiano, y fortaleció la diaconía como servicio, no solo dentro de la comunidad, sino también hacia la sociedad. Supo reconocer y valorar el espacio de los laicos, impulsando un protagonismo renovado de hombres y mujeres en las comunidades.

 

Entre los ejes que definieron su liderazgo, él mismo destacaba tres: la vocación ecuménica, el respeto y la valorización de las identidades distritales dentro de la iglesia, y una diaconía integral que uniera el servicio concreto con el compromiso social. “La vida real, cotidiana, a todo nivel, me parece que es tema de preocupación de Dios. Y también, por lo tanto, nuestro”, afirmaba con claridad.

 

 

Quienes fueron formados o acompañados por él como pastores y pastoras lo recuerdan como una figura cercana, generosa y fraterna. No era solo un presidente, sino un guía, un referente, un pastor de pastores. Su estilo era tan comprometido como amable, firme en sus convicciones pero siempre con un toque de humor. En una charla en Gualeguaychú recordaba con afecto su viejo Citroën 3CV verde, al que apodaban “la sandía”, “porque era verde por fuera y rojo por dentro”, bromeaba, haciendo referencia a su rostro colorado y a una sensibilidad social que nunca ocultó.

 

Tras su presidencia, fue instalado como pastor en la Parroquia Olivos de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA), donde sirvió desde 1999 hasta su jubilación en 2007. Aun luego de retirarse, continuó acompañando comunidades, particularmente en las Iglesias Reformadas en Argentina, hasta 2018.

Se casó con Susana Czénik el 12 de diciembre de 1968, con quien compartió la vida y formó una familia con tres hijas: Amelia, Laura y Julia.

 

La IERP da gracias a Dios por la vida, el ministerio y el testimonio de Rodolfo Reinich. Lo recordamos con gratitud, cariño y el compromiso de seguir caminando las sendas que ayudó a abrir: las del Evangelio encarnado en justicia, verdad, comunidad y esperanza. “Si uno dice que es cristiano, es cristiano. Y dar testimonio cristiano te puede causar problemas. Y hay que contar con eso”, decía con claridad Rodolfo en una entrevista realizada en 2019.

 

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.” (Mateo 5.9)

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