El Señor todopoderoso dice: Se acerca el día, ardiente como un horno, en que todos los orgullosos y malvados arderán como paja en una hoguera. Ese día que ha de venir los quemará, y nada quedará de ellos. Pero para ustedes que me honran, mi justicia brillará como la luz del sol, que en sus rayos trae salud.
Malaquías 4,1-2a
Muchas veces, en momentos de angustia y sufrimiento injusto, nos preguntamos: ¿Por qué sufrimos a manos de orgullosos y malvados? ¿Cómo defendernos y responder a tanto daño? Estas preguntas son tan válidas como la propia vida. Son cuestionamientos que pueden llevarnos a dudar dónde está Dios. La primera parte del texto tiene un mensaje liberador, a la imagen del Señor que no se desentiende de estas situaciones, tomando para sí la iniciativa del uso de su poder para dar libertad (Lucas 4,18). No nos quitaremos de encima la mochila de esas penurias creyendo que la venganza, el odio o el resentimiento son caminos efectivos. ¡Solo el Señor de la liberación lo puede hacer, y lo hará a su tiempo!
En la segunda parte del texto bíblico, se nos presenta un camino luminoso de justicia, un sol de libertad y un rayo de salud integral. Es el sendero de honrar a nuestro Señor, al Cristo humano que nos invita a mirar, pensar y obrar como él lo haría en nuestra situación, por más angustiante que esta sea.
Abracemos cada día el camino de la honra a un Dios de paz, de justicia y de liberación, quitándonos de encima las mochilas del odio, la venganza y la violencia.
Marcelo Figueroa