Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible, es su hijo primogénito, anterior a todo lo creado. En él Dios creó todo lo que hay en el cielo, en la tierra, tanto lo visible como lo invisible. Así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridades y poder. Todo fue creado por medio de él y para él. Cristo existe ante todas las cosas y por él se mantiene todo en orden.
Colosenses 1,15-17
Este texto presenta a Cristo como la revelación visible de un Dios que es invisible. A través de Jesús, Dios se hace accesible y comprensible para la humanidad.
La declaración de que “en él Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra” refleja la creencia en Cristo como agente de la creación. Esto destaca la soberanía de Cristo sobre todas las cosas, mostrando que Él es el sustento del universo y que su poder es supremo. Es decir, que a través de todo lo creado respiramos la presencia de Dios en el mundo.
Pero la pregunta es ¿qué hemos hecho con su creación? y esto corre por nuestra cuenta. Nos hemos olvidado de que esa creación no nos pertenece, sino que estamos encargados del cuidado de esta casa común.
Como espectadores o víctimas, quedamos consternados y atónitos frente a las catástrofes naturales, cada vez más frecuentes, que son el resultado de haber roto la armonía de la perfecta creación de Dios. Los próximos años traerán cada vez más desastres. Como cristianos y cristianas, deberemos estar atentos a cambiar nuestros hábitos, levantar nuestra voz profética y prepararnos para ser de ayuda.
Aylén L S La Motte