Bendito sea Dios, Señor y Dios de Israel, el único que hace grandes cosas.
Salmo 72,19
Toda la grandeza de la humanidad se vuelve pequeña e insignificante ante la inmensidad de Dios.
Cuando reconocemos ante Dios que solos y solas no podremos, le damos lugar a la intervención de su Espíritu Santo que con su presencia amorosa se manifiesta.
Hoy nos tomamos un tiempo para repasar las grandes cosas que Dios ha hecho en nuestra vida. En medio de las injusticias, necesidades, preocupaciones e incertidumbres, Dios está obrando a través de su gracia que nos sostiene, nos acompaña y nos ayuda a salir adelante.
Hoy elevamos en oración aquellas situaciones difíciles, confiando en la gloria de Dios que llena toda la tierra y transforma para la vida plena. Respiramos profundamente y sentimos cómo el aliento del Espíritu oxigena y alcanza cada parte de nuestro cuerpo, conectándonos con el resto de la humanidad y con Dios.
Oración de compromiso: Aguardaré con paciencia, las señales de Dios en este tiempo frágil de la historia, en la certeza de la fe, recordando que nuestra esperanza viene de la fe en Dios, “el único que hace grandes cosas”.
Carola Tron