La Congregación Alto Paraná celebró 125 años

Con profundo espíritu de gratitud y esperanza, la Congregación Evangélica del Alto Paraná de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) celebró el domingo 19 de octubre de 2025 sus 125 años de vida y testimonio, en un culto realizado en Hohenau que reunió a miembros, pastores y familias de distintas generaciones.

 

Comenzaron el día con un culto, en el cual tuvieron varios momentos, pudieron cantar, celebrar, conocer mucho de la historia y compartieron la Santa Cena. Hubo un momento de salutación y de reconocimiento de varias personas que forjaron la historia de la congregación. Después del culto hubo un almuerzo y fiesta, con música y espacios informales de diálogo y para poder compartir.

 

 

Bajo el lema “Cristo como el fundamento y nosotros su templo vivo” —inspirado en Gálatas 2:21-22—, la comunidad conmemoró más de un siglo de historia al servicio del Evangelio. El pastor local Daniel Frankowski, quien acompañó la celebración, expresó que se trató de “un momento muy especial, muy emotivo, donde se mezclaron las lágrimas y las alegrías, porque no todos los días se celebran 125 años de historia”.

 

 

Durante su mensaje, el pastor invitó a la comunidad a mirar con gratitud hacia el pasado, pero también con visión hacia el futuro: “Es hermoso poder decir con mucha gratitud que hasta aquí nos ayudó el Señor, como dice 1 Samuel 7:12. Pero también hay que mirar el presente y el porvenir. No sirve quedarnos mirando atrás, porque quien pone la mano en el arado y mira atrás no es apto para el Reino. La obra de Dios no se detiene: Él sigue edificando y construyendo la casa, la comunidad.”

 

Frankowski recordó que la Iglesia no es un edificio físico ni una institución, sino un proyecto espiritual en permanente construcción: “La Iglesia verdadera no es una construcción desordenada, sino un proyecto divino pensado desde la eternidad, con Cristo como piedra fundamental. Cada generación, cada familia, cada miembro puso su ladrillo, su oración, su sacrificio. Así se fue levantando esta comunidad que hoy celebra su historia con humildad y gratitud”.

 

 

Uno de los aspectos que también se destacó fue el sentido profundo de la fecha como oportunidad para renovar el compromiso de ser “un templo vivo”, donde la presencia de Dios sea el centro de la vida comunitaria: “Durante 125 años, esta congregación fue un lugar donde muchos encontraron a Cristo, donde se formaron líderes, se consolaron almas y se adoró al Señor. Pero el verdadero templo no se construye con piedra, sino con el Espíritu de Dios morando en su pueblo. Esa es la clave de todo: la presencia de Dios es lo que sostiene a la Iglesia”.

 

Entretanto, la vice presidenta de la congregación Paola Dietze Reckziegel expresó su emoción «Fue un día maravilloso y una actividad inigualable y espero que podamos seguir caminando otros 125, 500 o mil años más con esta querida congregación». Mientras tanto, el pastor presidente de la IERP, que no pudo participar de la jornada envió una carta en la que destacó «Hoy damos gracias a Dios por 125 años de fe y testimonio en el Alto Paraná. Desde Hohenau brotó una historia que sigue dando frutos de esperanza, servicio y compromiso cristiano en todo el Paraguay».

 

 

La jornada culminó con un almuerzo y una fiesta comunitaria, donde se recordó con alegría el largo camino recorrido por la congregación —desde sus fundadores hasta las nuevas generaciones— y se reafirmó el deseo de seguir edificando juntos, con Cristo como fundamento.

 

La certeza que queda es que Dios no ha terminado su obre. Él sigue edificando, sigue llamando, sigue habitando. Por eso celebraron con gratitud y con esperanza, sabiendo que todo el edificio es levantado en Cristo como un templo santo para la gloria de Dios.

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