Domingo 14 de diciembre

 

3° domingo de Adviento

 

Juan, que estaba en la cárcel, tuvo noticias de lo Cristo estaba haciendo, entonces envió a algunos de sus seguidores a que le preguntaran si él era, de veras, el que había de venir, o si debía esperar otro.

 

Mateo 11,2-3

 

En Navidad festejamos la llegada de Jesús al mundo. La escuelita bíblica tiene un lugar especial en la fiesta de Navidad; las caritas de los niños y niñas son una imagen entrañable. Les llenamos este tiempo con relatos, preparativos, galletas y regalos.
Pero en el texto, se nos habla de la llegada de Jesús desde otro lugar. Se está hablando de Juan el Bautista, quien llamaba a la gente de su tiempo a prepararse para un cambio de era, una nueva época que requeriría un cambio profundo en las prácticas religiosas. Él pro- ponía volver a abrazar el sentido profundo de la espiritualidad.
¿Qué creían que venían a ver? Les pregunta Jesús. La pregunta para hoy es cómo nos preparamos, en este tiempo de Adviento, para la llegada de la Navidad.
Seguimos viviendo la Navidad como en la infancia; pensamos que la Navidad es el brillo y las luces de los comercios. ¿O aprovechamos este tiempo para preparar nuestro corazón, para recibir una y otra vez a Jesús en nuestras vidas y poder proclamar con el poeta:
“El Dios de paz el Verbo eterno, en nuestras vidas va a morar. Él es la luz, camino y vida, vida, gracia y perdón para el mortal. Ven Salvador, ven sin tardar, tu pueblo santo esperando está” (Canto y Fe número 3).

 

Cristina La Motte

 

 

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