A los 98 años, falleció en Alemania el pastor Federico Held

BUENOS AIRES / Argentina | IERPcomunica – Este sábado 7 de enero de 2023 falleció en Ulm, Alemania, el pastor Federico Held. Había llegado a la Argentina con la idea de ser un gaucho y trabajar en el campo, pero Dios lo llevó a ser pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Sirvió a las congregaciones de Hohenau (Paraguay) y Charata (Argentina), donde dejó huellas profundas, tanto en las comunidades de fe, como en la comunidad en general, a nivel social. También había sido, por un corto lapso de tiempo, pastor en dos comunidades de la IELU.

Nació el 21 de octubre de 1924 en Ulm, entre la primera y segunda Guerra Mundial. En su juventud es llamado a servir en la guerra como soldado y al concluir la misma viaja a Sudamérica. En Chaco, Argentina, trabaja como peón de campo, y se decide finalmente por llevar a cabo su formación teológica con la finalidad de ser pastor, luego de un proceso de reflexión que inició con fuertes y profundas experiencias, como haber estado en situaciones límites en el campo de batalla. Su vida fue multifacética. Se desempeñó como pastor, predicador, evangelizador, radio aficionado, músico, ciudadano activo y comprometido con la realidad de las personas más necesitadas.

Estudió en la antigua Facultad Luterana de Teología (FLUT) de José C. Paz, Buenos Aires entre 1955 y 1958. Enseguida tuvo su primer cargo pastoral en la Comunidad de Florida de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU), durante 1959. Entre 1959 y 1963 trabajó en Posadas (también de la IELU), desde donde entabló relaciones con la Congregación de Hohenau, que se encontraba vacante. De esa manera, junto a su primera esposa Mariane, arribaron a esa congregación de la IERP en Paraguay, donde permanecieron entre 1963 y 1977.

Ambos trabajaron muy fuertemente en la construcción de comunidad, su esposa colaboraba y, entre otras cosas, viajaba en motocicleta hasta Capitán Meza, donde coordinaba los grupos de mujeres y trabajaba diferentes aspectos, no sólo de la fe, sino también de la vida en general. Las personas que vivieron la época lo recuerdan como un pastor con una característica muy especial, en la que para dar testimonio de Jesús, muchas veces se servía de recursos poco convencionales. Uno de los recuerdos comunitarios más latentes, lo representan las fiestas comunitarias en la que siempre estaba acompañado de su acordeón, con la que muchas veces incluso componía canciones para las diferentes ocasiones.

Su casa estaba siempre abierta, en la que también tenía como compañía a sus perros ovejeros alemanes. Siempre quiso ser gaucho, por lo que su vestimenta era muchas veces de ese estilo. Era un hombre un tanto encorvado debido a una escoliosis aguda, que trataba de disimular manteniéndose de la manera más erguida posible, a pesar de que le causara dolores. Federico se caracterizaba por su astucia y la tenacidad con la que defendía su convencimiento del Evangelio de Cristo. Federico supo gestionar fondos para hacer donaciones directas con fines específicos y apoyar la atención de diferentes necesidades en la ciudad de Charata.

Entre 1977 y 1979 fue pastor en Charata, provincia de Chaco (Argentina), integró la Unión Cultural Argentino-Germana, atendía el internado para niños y jóvenes, oficiaba los cultos, entre otras actividades pastorales en la congregación. Esta provincia era una región conocida por él, porque al llegar a la Argentina, y antes de tomar la decisión de formarse para el pastorado, había estado en Las Breñas trabajando en la chacra de su primo. Federico fue una persona innovadora en el ámbito de la comunicación para su tiempo, aplicó aprendizajes de la guerra, y una teología sencilla con una fuerte impronta social.

Finalizada su etapa en Charata, tomó la decisión de aceptar un cargo pastoral en Scharenstetten (Alemania), donde se desempeñó como pastor entre 1979 y 1988. Cabe señalar que previamente había fallecido su esposa Mariane en un accidente de tránsito y luego de un viaje a Alemania conoce a Gerda, quien sería su nueva esposa.

Luego de su jubilación, acompañado por su segunda esposa, regresó nuevamente a la provincia de Chaco, viviendo de forma sumamente austera en el campo. Durante esa etapa, y gestionando recursos de diversas fuentes (municipios, iglesias, clubes y particulares de Alemania), desarrolló un proyecto en el que coordinó la construcción de un barrio de 100 viviendas, que al día de hoy se llama «Barrio Ulm». La finalidad del emprendimiento fue ofrecer trabajo en una época en que Argentina tenía un alto índice de desocupación, pero principalmente brindar la oportunidad de que cien familias humildes y carenciadas pudieran acceder a un techo digno.

Federico Held, conocido como «Fritz«, fue sin dudas un pastor que marcó un tiempo y una época, dueño de un carácter y un estilo particular. Una persona con múltiples traumas de la guerra en su infancia y adolescencia, pérdidas familiares directas y atravesado por contextos con ideologías extremas, que se convierte a la fe cristiana durante el servicio militar en plena Segunda Guerra Mundial. «Fritz» migra a la Argentina, trabaja como un obrero más de ese tiempo, se integra a la cultura nacional, estudia teología, se desempeña como pastor en la IELU y luego en la IERP. Desarrolla una profunda piedad, tenaz y comprometido en la tarea pastoral con las personas más vulneradas, integrando su mensaje permanentemente a la diaconía como servicio evangélico fundamental para todas las personas. Federico es recordado por su solidaridad y su profunda espiritualidad evangélica.

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