Acerca de la situación en Palestina e Israel

El amor y la verdad se darán cita, la paz y la justicia se besarán, la verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde el cielo. El Señor mismo traerá la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él, y le preparará el camino. (Salmo 85,10-14)

En el año 2002 las iglesias cristianas en Jerusalén realizaron un llamamiento al Consejo Mundial de Iglesias, en el marco de la segunda intifada[1], en el cual se solicitó atención sobre la situación delicada de aquel momento. En consecuencia se creó el Programa Ecuménico de Acompañamiento a Palestina e Israel (EAPPI), por sus siglas en inglés.

Foto tomada en Cisjordania. Una mujer palestina sostiene una bandera frente a varios colonos israelíes.

Este programa envía a Palestina e Israel a cientos de Acompañantes Ecuménicos (AE) de distintas latitudes del mundo que van al terreno de manera voluntaria durante tres meses. Estas personas tienen por tarea, entre otras cosas, monitorear, registrar y dar cuenta de las situaciones cotidianas en las que se violan los derechos humanos en el contexto de una ocupación militar y colonial por parte de un Estado que viola los acuerdos internacionales y el derecho internacional humanitario sistemáticamente configurando así prácticas de hostigamiento inhumanas contra población civil.

Región de Belén. Foto: Cynthia Stieben (acompañante ecuménica)

La Iglesia Evangélica del Rio de la Plata (IERP), la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU) y la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata (IEVRP) han acompañado la postulación de voluntarias y voluntarios pertenecientes a sus iglesias desde el año 2010. Dentro de este grupo los pastores y pastoras que fueron acompañantes ecuménicos (EAPPI) han redactado algunos pensamientos a partir de los cuales queremos adherir con nuestro apoyo.

 

El dolor, el estupor y desasosiego que experimentamos ahora al presenciar las imágenes y videos que circulan por las redes y los medios, se asemeja a la conmoción experimentada en cuerpo presente cuando estuvimos como Acompañantes Ecuménicos en Cisjordania, siendo testigos directos de las violaciones estructurales y sistemáticas de la vida cotidiana que allí se experimentan desde hace 75 años.

Es el compromiso asumido, a partir del acompañamiento ecuménico del programa (EAPPI) el cual nos anima a pronunciarnos a partir de los hechos recientes, pero en contraste con el contexto más amplio que, en nuestro caso, se enraíza en aquello que hemos visto y oído. Así mismo, creemos firmemente en la convicción de que la resolución a todo este complejo entramado histórico debe estar basado en la justicia y la paz en las que se inscribe el mensaje Evangélico de la fe cristiana.

Condenamos todo accionar bélico, y por ello instamos a una resistencia pacífica, a las manifestaciones basadas en la no violencia, el diálogo y las instancias diplomáticas producto de un actuar político basado en la justicia y no en un actuar bélico justificado en acciones que atentan contra el bien común, la dignidad de los pueblos y el cuidado de la creación toda. Nuestro lugar como iglesias no debe buscar un posicionamiento parcial y binario sino que debe buscar, por el contrario, un posicionamiento que se fundamente en el lugar histórico de estar del lado de las víctimas; así como lo hizo nuestro Señor Jesucristo en su praxis histórica.

Foto: Vero Raffa (acompañante ecuménica)

Es por eso que exhortamos a nuestras comunidades y a la sociedad toda a sumar su solidaridad con las personas que están sufriendo la violación de sus derechos humanos y a denunciar las injusticias perpetradas por los sectores que basan su accionar en el daño y la violencia y no así en el amor al prójimo y el respeto por la vida.

Por todo esto, también, invitamos a una mirada crítica de las aseveraciones mediáticas parciales y relativizadas, en pos de un discernimiento ético del contexto y la historia en la que se inscribe la situación coyuntural presente.

Oramos por la intervención de Dios en la historia, así como lo hizo en Jesús, utilizándonos como instrumentos para trabajar en favor de su Reino, mediante el cual, el amor y la justicia se den cita y se vuelvan realidad en medio de aquel territorio sagrado y también del nuestro.

Pastor Leonardo Schindler (Pastor Presidente Iglesia Evangélica del Río de la Plata)
Pastora Wilma E. Rommel (Pastora Presidente Iglesia Evangélica Luterana Unida)
Pastor Marcelo Nicolau (Moderador Mesa Valdense)

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