La Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en la Argentina ha seguido desde el principio y hasta el día de hoy con intensa preocupación y profunda congoja los eventos bélicos entre la Federación Rusa y Ucrania. Habiendo pasado
ya un tiempo más que prudente desde nuestro primer pronunciamiento y observando que la beligerancia en vez de apaciguarse persiste y las eventuales consecuencias del conflicto se hacen aún más complejas e inciertas, en esta fecha
tan especial para los pueblos ortodoxos involucrados en el conflicto, levantamos nuestra voz para condenar la guerra y pedir el cese del fuego en el Nombre del Cristo Resucitado.
La CEICA como un organismo en el cual confluyen instituciones eclesiásticas con plena conciencia de su esencia y misión, no puede sino ser también un órgano activo de pacificación, armonía y convivencia. Aunque desde la lejanía geográfica, nos sentimos cercanos por el vínculo en la fe común en el Dios Unitrino a las víctimas de la guerra: los millones de migrantes; los que han perdido seres queridos -parientes y amigos-; los que han perdido sus trabajos y que sufren la indigencia y todo tipo de carestía; las víctimas del comercio humano, y todas las mujeres, niños y hombres que sufren la violación de sus derechos humanos, infinidad de males y trastornos a causa de la guerra. Asimismo, seguimos elevando oraciones y preces por los que han muerto injustamente para que el Justo Dios los haga reposar en su regazo y por los que los han sobrevivido, para que el mismo Buen Dios les conceda el pertinente consuelo.
Nos oponemos a la guerra y a los conflictos bélicos en todas sus formas y llamamos al arrepentimiento a todos los que, de una u otra manera, -directa o indirectamente- los provocan, los llevan a cabo y los fomentan en pos de intereses –sean cuales sean- que consideramos nunca serán un justificativo para que se pierdan y se arruinen vidas humanas.
Por fin, rogamos una vez más al Dios de la Paz y Salvador de nuestras almas que visite los corazones de los responsables de este conflicto y los sensibilice, a fin de que cese el fuego, -la devastación- y se prevengan aún mayores males a nivel
global.
¡Nunca más la guerra! Proclamamos la Paz. ¡Nunca más la beligerancia en cualquiera de sus formas! Promovemos el diálogo. ¡Nunca más la lucha entre seres humanos -y sobre todo entre hermanos cristianos! Estamos convencidos de que la buena convivencia de la humanidad es aún posible: es nuestra misión y somos conscientes de ella; es nuestra responsabilidad y daremos cuenta por ella; es nuestro ideal, -y el mandato del Señor- y lo llevaremos a cabo, cueste lo que cueste.
En Buenos Aires, 3 de mayo de 2022,
Iosif Bosch
Presidente
pastora Mariela Pons
vicepresidenta
Monseñor Carlos Ñañez
vicepresidente