Celebración de Acción de Gracia en Naranjal

NARANJAL / Paraguay | IERPcomunica – La Congregación Evangélica Naranjal de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) celebró su fiesta de acción de gracias, tradicionalmente conocida como “Fiesta de acción de Gracias por la Cosecha» que en idioma alemán se dice «Erntedankfest». En los ámbitos más rurales se celebraba en la primera quincena del mes de Octubre, coincidentemente con la finalización de la cosecha. En las celebraciones realizadas hasta ahora en las comunidades de Tupá Rendá, Santo Domingo Palmital y Naranjal, no quisieron dejar pasar la oportunidad de encontrarse como comunidad y celebrar juntos. El encuentro se desarrolló sin venta de adhesiones o tarjetas, con el único objetivo de encontrarse y hacer que la celebración sea completa, compartiendo algo para comer, ya sea algún plato preparado traído desde la casa, o cocinando juntos, en el espíritu de Deuteronomio 26, 11 que reza: «harás fiesta por todos los bienes que el Señor tu Dios te ha dado a ti y a tu familia. También se unirán a tu alegría los levitas y los extranjeros que vivan entre ustedes». La ofrenda fue destinada a un hogar de niños y adolescentes y un hogar de ancianos de la región.

Al pensar en cocinar juntos también pensaron que había que encontrar la forma de que aquellos que cocinan estén involucrados en el culto y así superar la separación entre culto y almuerzo, por esa razón “peregrinaron” desde el templo hasta el lugar “de la cocina” y terminaron todos alrededor de las ollas. Y aquello que se había traído como ofrenda (postres, lechuga, repollo, encurtidos o conservas, etc) fuera compartirlo en ese momento. En Naranjal representaron el proceso de siembra y cosecha: por ello el templo se abre cuando empieza el culto y cada persona/familia trae su ofrenda (fruto de la tierra, de su trabajo y/o herramienta de trabajo, algún producto no perecedero, etc) y lo deposita frente al altar; de la misma manera después en la meditación cada persona trae su ofrenda y la deposita en una urna frente al altar. Luego juntos salieron cantando hacia el lugar donde se estaba cocinando, para cantar y dar gracias a Dios.

El segundo momento fue la entrada del “carrito de la esperanza”, nombre que se le dio durante la celebración, representa la cosecha: estaba decorado con plantas y espigas de maíz, mandioca, manojos de trigo y de canola. Mientras hizo su entrada, la comunidad fue colocando espigas de maíz dentro de un canasto. En el centro había un canasto ubicado boca abajo, que al llegar adelante fue descubierto, saliendo de su interior un niño que inmediatamente mostró y levantó una Biblia, recordando que sin Dios nada sería posible, que Dios es la fuerza de la vida, que Dios es el que sostiene cuida y protege en todo momento, cuando la cosecha es abundante y también cuando es escaza. «Esa fuerza de Dios se presenta de manera sencilla, desde abajo, muchas veces vulnerable, pero siempre está, solo hay que dirigir la mirada, el pensamiento y el sentimiento hacia él», relató el pastor Ricardo Becker.

Los primeros rastros bíblicos en los que se puede basar la celebración de acción de gracias, aparecen, entre otros, en textos como Levítico 23 y Deuteronomio 26, donde se relata sobre la fiesta de las en ramadas, y la fiesta de los primeros frutos de la cosecha, etc. Todo esto, desemboca en lo que se conoce como la fiesta de Acción de Gracias por la Cosecha. «En la Congregación Evangélica naranjal, como otras congregaciones, sigue siendo una fecha importante. A pesar de que el momento de la celebración varía de una Congregación a otra, el sentido es el mismo: Dar gracias a Dios por la cosecha», profundizó el pastor Ricardo, destacando que esto significa: «reconocer que lo que somos y tenemos es por gracia de Dios», reafirmando lo que escribe el Apóstol Pablo en 2 Corintios 9: 6-15 “Dios, que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, les dará a ustedes todo lo necesario para su siembra, y la hará crecer, y hará que la generosidad de ustedes produzca una gran cosecha”, no dejando que esto quede solo en una palabra o expresión de deseo sino darle forma concreta «reconocer que, si bien somos nosotros los que ponemos la semilla en la tierra, los que día a día trabajamos la tierra y desarrollamos un oficio o profesión, es Dios quien hace crecer la siembra». «Esto nos ayuda a ser consientes que no todo depende de nosotros ni que todo está en nuestras manos y es una invitación a poner nuestra confianza y esperanza en Dios», continuó.

En el mimo sentido, compartió que la Congregación Evangélica Naranjal está acompañando el Hogar Revivir de Ciudad del Este , un hogar en el que una familia recibe a niños (promedio de 17 niños y adolescentes) que nacen con VIH SIDA, así como el Hogar de Ancianos Nuestra Señora del Rosario de Natalicio Talavera, que alberga a quince personas y hay tres en transito. «A estas instituciones son destinadas las ofrendas de alimentos no precederos», puntualizó. «Para este hogar se hace al menos cinco o seis campañas al año para entregarles alimentos, mientras que para el Hogar de niños se suelen hacer ofrendas en efectivo para ayudarles en su tratamiento médico», finalizó el pastor Ricardo Becker.

“Todos los que tengan sed, vengan a beber agua; los que no tengan dinero, vengan, consigan trigo de balde y coman; consigan vino y leche sin pagar nada. ¿Por qué dar dinero a cambio de lo que no es pan? ¿Por qué dar su salario por algo que no deja satisfecho? Óiganme bien y comerán buenos alimentos, comerán cosas deliciosas…” (Isaías 55:1-7)

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