«En los márgenes»: mensaje del pastor presidente para Navidad 2020

El pastor Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) Leonardo Schindler, señaló en su mensaje navideño que Dios nace en los márgenes y llamó a buscar allí los motivos para servir y dar testimonio del amor de Dios. Solamente si es posible ver esas situaciones, se puede soñar con un mundo mejor, más acorde a la voluntad de Dios.

Cámara y edición: Eugenio Albrecht | Área de Comunicaciones


Estimados hermanos y estimadas hermanas.
¡Gracia y bien!

Quiero saludarlos y saludarlas en este tiempo cercano a la Navidad con dos textos de las Escrituras:

El ángel les dijo a los pastores: “No teman, miren, les doy una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy les ha nacido en la ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en el pesebre” Lucas 2:10-12

“El pueblo que andaba en oscuridad vio una luz intensa, los que habitaban un país de sombras se inundaron de luz” Isaías 9:2

Como en aquel tiempo, hoy la humanidad entera se encuentra inmersa en su propia oscuridad y pesadez. Concentración de la riqueza, desigualdades sociales inhumanas, explotación sin precedentes de la naturaleza con daños ambientales irreparables, violencia doméstica contra las mujeres y las niñas, violencia callejera e institucional, discursos y manifestaciones fanáticas cargadas de odio contra minorías y diversidades…y como si todo esto fuera poco, la oscuridad se ve agravada por la aparición del COVID 19 que genera muerte, derrumbe económico y niveles de fragilidad e incertidumbre cuyas consecuencias aún no podemos dimensionar. Todo ello atenta contra la vida humana y de toda la creación.

Por supuesto que nada de esto es casualidad. Las sombras en las cuales habitamos son más bien el resultado de un rumbo y un estilo de vida que sin lugar a dudas debe ser modificado urgentemente.
Hemos querido ocupar el lugar de Dios, y ese pecado nos está conduciendo al desastre.

Por eso el Señor, que siempre tiene misericordia de su pueblo y cuyo amor es por siempre, una y otra vez renueva su llamado a no temer y a buscar un nuevo modelo de vida. En cada Navidad, Dios se hace humano para que los humanos dejemos de buscar ser como Dios.

En cada Navidad, somos invitados e invitadas a escuchar el mismo Evangelio que recibieron los pastores. “No teman, miren, les doy una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy les ha nacido en la ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en el pesebre”

En los márgenes, en los bordes, en las afueras, en un lugar donde la vida humana no puede desarrollarse. Allí estaba Dios – allí sigue estando: pequeño, frágil, marginal, pero con una fuerza de vida capaz de transformarlo todo.

Por eso es allí a donde debemos ir, tal como lo hicieron los pastores. Quizás parezca extraño a los ojos del mundo, siempre tan dispuesto a buscar salvación en los palacios y entre los poderosos. Sin embargo es el camino que nos invita a transitar el Evangelio. Porque en los márgenes y fragilidades nos encontramos cara a cara con las necesidades y exigencias que deben ser atendidas y que no pueden esperar más. Es allí donde desaparece la arrogancia humana y a la vez nacen los mejores sentimientos: misericordia, solidaridad, generosidad y tantos otros. En los margenes y fragilidades crecen los sueños y esperanzas por mejores condiciones de vida.
Es por ello que me animo a decir, con temor y temblor, que en los márgenes y fragilidades Dios obra en nosotros para volvemos más humanos.

Queridos hermanos, queridas hermanas, no dejemos pasar la oportunidad. Al escuchar el Evangelio, dirijamos nuestros pasos hacia ese pequeño, que es niño y es Dios, y que se encuentra en la marginalidad y fragilidad de un pesebre. Para que allí, en silencio y serenamente, el Señor obre de tal modo en cada uno de nosotros, en cada una de nosotras, en nuestras comunidades, para que podamos amar como él nos ama y de ese modo ser instrumentos suyos en favor de una humanidad más hospitalaria, justa y ecológica.

Que el anuncio de la Navidad sea esperanza de una Nueva Vida. Amén.

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