Domingo de Ramos

Decían: “¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!”

Lucas 19,38

“¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!” Es una cita del Salmo 118,26 y que en esta ocasión es aplicado a Jesús cuando hace su entrada triunfal en Jerusalén y en referencia a su mesianismo. La multitud está gritando alabanzas a Jesús con gozo y voz exultante. Existía un tema que absorbía especialmente el interés de todos, a saber, los milagros que Jesús había realizado.
Este pasaje es una invitación a alabar a nuestro Señor más allá de nuestros estados de ánimo y problemas que estemos atravesando actualmente. Es una oportunidad para sumergirnos en la alabanza. Dios espera la alabanza de su pueblo porque Él es digno de recibirla.
Una vez en una reunión de oración tocamos el tema de la alabanza a Jesús. En la misma un miembro de la Congregación, que había perdido hacía algunos días a su hermano, un señor de ochenta años; contó que todas las noches antes de irse a dormir su hermano se arrodillaba en el borde de su cama para orar. Expresión de alabanza que lo hizo hasta el último día de su vida. No importa cuál sea nuestra posición corporal, sí importa que nuestra alabanza sea íntegra y de corazón sincero.
Que en este Domingo de Ramos elevemos nuestras manos al cielo como un gesto de alabanza y adoración al gran “Yo soy”. Por eso, cantemos juntos:
¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! (Canto y Fe Nº 46)

Emiliano Torres

Salmo 69,1-3.7-9.20b-21.29; Isaías 50,4-10; Hebreos 12,1-3; Lucas 19,28-40 (Liturgia de las Palmas) Salmo 31,9-16; Isaías 50,4-9a; Filipenses 2,5-11; Lucas 22,14-23,56 o Lucas 23,1-49 (Liturgia de la Pasión) Agenda Evangélica: Salmo 69,2-4.8-10.14.21b-22.30; Isaías 50,4-9; Filipenses 2,5-11; Juan 12,12-19; Juan 17,1-8 (P)

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