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Salmo 33:12-22
12 Bienaventurada la nación
cuyo Dios es Jehová,
el pueblo que él escogió como heredad para sí.
13 Jehová mira desde los cielos;
ve a todos los hijos de los hombres;
14 desde el lugar de su morada observa
a todos los habitantes de la tierra;
15 él formó el corazón de todos ellos,
y atiende a todas sus obras.
16 El rey no se salva por la multitud del ejército;
ni el valiente se libra por la grandeza de su fuerza.
17 El caballo es en vano para salvar;
ni con su gran poder puede librar a nadie.
18 He aquí, el ojo de Jehová está sobre los que le temen,
sobre los que esperan en su misericordia,
19 para librar sus almas de la muerte,
y para darles vida en tiempos de hambre.
20 Nuestra alma espera a Jehová;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
21 Porque en él se alegrará nuestro corazón,
porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
según esperamos en ti.
Génesis 15:1-6
1 Después de estas cosas,
vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo:
—No temas, Abram,
yo soy tu escudo,
y tu galardón será sobremanera grande.
2 Y Abram respondió:
—Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo,
y el mayordomo de mi casa es Eliezer de Damasco?
3 Dijo también Abram:
—Mira, no me has dado descendencia,
y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.
4 Entonces vino a él la palabra de Jehová, diciendo:
—No te heredará este;
sino que un hijo tuyo será el que te heredará.
5 Y lo llevó fuera, y le dijo:
—Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar.
Y le dijo:
—Así será tu descendencia.
6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Hebreos 11:1-3, 8-16
1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve.
2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
3 Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios,
de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
Hebreos 11:8-16
8 Por la fe Abraham, siendo llamado,
obedeció para salir al lugar que había de recibir como heredad;
y salió sin saber a dónde iba.
9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida,
como en tierra ajena,
morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa;
10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos,
cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11 Por la fe también la misma Sara,
siendo estéril, recibió fuerza para concebir,
y dio a luz aún fuera del tiempo de la edad,
porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
12 Por lo cual, también de uno, y ese ya casi muerto,
salieron como las estrellas del cielo en multitud,
y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
13 Conforme a la fe murieron todos estos,
sin haber recibido lo prometido,
sino mirándolo de lejos, y creyéndolo,
y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender
que buscan una patria;
15 y si en verdad hubieran estado pensando en aquella de donde salieron,
ciertamente tenían tiempo de volver.
16 Pero anhelaban una mejor, es decir, celestial.
Por lo cual Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios;
porque les ha preparado una ciudad.
Lucas 12:32-40
32 No temáis, pequeño rebaño,
porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
33 Vended lo que poseéis, y dad limosna;
haced para vosotros bolsas que no se envejezcan,
tesoro en los cielos que no se agote,
donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
34 Porque donde esté vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón.
35 Estad ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
36 y vosotros sed semejantes a los hombres que esperan a su señor,
cuando vuelva de las bodas, para que cuando llegue y llame,
le abran al instante.
37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales, cuando su señor venga,
los halle velando; de cierto os digo que se ceñirá,
y los hará sentarse a la mesa, y acercándose les servirá.
38 Y aunque venga a la segunda o a la tercera vigilia,
y los halle así, bienaventurados serán ellos.
39 Pero sabed esto,
que si el padre de familia supiera a qué hora el ladrón había de venir,
velaría, y no dejaría minar su casa.
40 Vosotros, pues, también estad preparados,
porque a la hora que no pensáis, el Hijo del Hombre vendrá.
Agenda Evangélica: Salmo 48,2-3a.9-15; Isaías 2,1-5 (P); Efesios 5,8b-14; Mateo 5,13-16