20° domingo después de Pentecostés, 28° en el año
El hombre le dijo: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.”
Marcos 10,20
Este verso me hace pensar en cómo han ido cambiando por así decirlo los “criterios” en los que nos vamos formando y vamos creciendo. Nuestros padres nos criaron con el “deber que hay que cumplir”, hoy para nuestros hijos todo es cuestionable, todo depende… todo es relativo… que todo fluya…
Volviendo al relato bíblico nos encontramos con este hombre rico, que no sabemos su nombre, que corre y de rodillas junto a Jesús le pregunta: “¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”, parece tener buenas intenciones, que realmente le interesa, o no… saber qué le va a decir el maestro. Este hombre rico va con una inquietud pero también con una seguridad que se desarticula totalmente en el diálogo con Jesús. “Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven”, así resume su vida, ante la revisión de lo que manda el cumplimiento de la ley. Él se sintió confiado de haber “cumplido”, como también muchas veces nosotros/as sentimos que cumplimos: hicimos lo que nos manda el “reglamento”. Con cuánta ternura lo miró Jesús para que empiece a revisar y a andar de otra manera. “Solo una cosa te falta” y le pide que ponga su corazón en otra dirección, despréndete de todo lo que tienes y dale al que necesite… me imagino la cara de aquel hombre desdibujada…
Nos criamos bajo la norma del “cumplir”, y está claro que no alcanza con cumplir, hoy Jesús también nos dice: “Solo una cosa te falta” que podamos estar dispuestas/os a re aprender por dónde nos manda Jesús.
Cautívame, Señor y libre en ti seré, anhelo ser un vencedor, rindiéndome a tus pies. No puedo ya confiar tan sólo en mi poder, en ti yo quiero descansar y fuerte habré de ser. (Canto y Fe Nº 308)
Marisa Andrea Hunzicker
Salmo 90,12-17; Amós 5,6-7.10-15; Hebreos 4,12-16; Marcos 10,17-31
Agenda Evangélica: Salmo 32,1-7; Éxodo 34,4-10; Santiago 5,13-16; Marcos 2,1-12; Isaías 38,9-20 (P)
