2º domingo de Cuaresma, Reminiscere

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero ustedes no quisieron!

Lucas 13,34

En pasaje nos permite saber un poco más de la relación de Jesús con algunos fariseos que hablaban con él y le advierten de las malas intenciones de Herodes y le aconsejan que se ponga a salvo. Ante lo cual Jesús nos muestra que solo responde ordenes de Dios y no está dispuesto a dejar inconclusa su misión y muestra su gran valor al llamar zorra al rey.
Para los judíos el termino zorro tiene tres significados: astuto, destructivo y era símbolo de bajeza.
En la vida vamos a encontrarnos con personas que van a intentar desviarnos de nuestra misión, por lo cual debemos tener bien claro a quién servimos. Para que Jesús no tenga que decirnos lo mismo que le dice a Jerusalén en el versículo 34.
A esta parte del texto se lo denomina “el llanto por Jerusalén”. Como seres humanos sabemos bien qué se siente que te desprecien y te rompan el corazón, eso fue lo que sintió Jesús con Jerusalén. Pero él, a diferencia de nosotros no se rinde y aunque lo seguimos rechazando el viene a mostrarnos su amor una y otra vez… ¿Cómo vas a rechazar el amor de Dios? ¿Cómo puedes despreciar una salvación tan grande? Jesús dio su vida por ti…

Selva Natalia Barrios

Salmo 27; Génesis 15,1-18; Filipenses 3,17-4,1; Lucas 13,31-35
Agenda Evangélica: Salmo 25,1-9; Isaías 5,1-7; Romanos 5,1-5(6-11); Juan 3,14-21; Mateo 26,36-46 (P)

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