5º después de Pentecostés, 12º en el año

Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame.

Lucas 9,23

Rogelio, 48 años, hace tiempo sufrió un accidente de trabajo, quedando entre la vida y la muerte. Hoy está en silla de ruedas, y le han quedado secuelas muy profundas y dolorosas. Quienes lo ven dicen: “Pobre hombre, qué cruz le toca llevar”.

Antonia es viuda, joven, tiene 39 años y madre de tres hijos. Lucha con gran esfuerzo para criarlos, educarlos, protegerlos de los peligros a los que están expuestos como adolescentes y jóvenes. Ella dice: “es la cruz difícil y pesada que me ha tocado llevar”.

Seguramente usted, querida lectora, querido lector, conoce a más personas que se encuentran en situaciones similares.

Aún reconociendo que son circunstancias adversas y conmovedoras, sin embargo, no es a ellas que se refiere Jesús cuando habla de cargar con la cruz cada día. Estas situaciones por las cuales innumerables personas atraviesan no son elegidas ni decididas por ellas, sino que se les presentan y pueden tocarles, independientemente de si creen en Jesús o no.

Jesús habla de cargar una cruz por ser discípulos suyos, como lo fueron Pedro, Santiago, Andrés, Juan y otros, a quienes llamó, y ellos decidieron seguirle, ser sus testigos, anunciar su reino de amor, paz y justicia, sabiendo que esta tarea implicaba renuncias, dificultades y persecución.

Olvidarse de uno mismo y cargar con la cruz cada día significa asumir los riesgos que se corren por defender los derechos de los tantos “Roge-lios” y “Antonias” que existen, y velar para que sus hijos puedan crecer y desarrollarse en un ambiente libre de adicciones y de otros peligros que amenacen sus vidas. ¿Estamos dispuestos a cargar con esa cruz para seguir a Jesús con amor y fidelidad?

Yo sé que eres camino, que eres la vida y la verdad; yo sé que quien te sigue sabe a dónde va. Quiero vivir tu vida, seguir tus huellas, tener tu luz; quiero beber tu cáliz, quiero llevar tu cruz. Amén. (Canto y Fe Nº 281)

Bernardo Raúl Spretz

Salmo 63,1-5.7-8; Zacarías 12,10-11;13,1; Gálatas 3,23-29; Lucas 9,18-26; Agenda Evangélica: Romanos 14,10-13

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